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Las cuentas claras conservan la amistad


Por Cristián Cerna, Director – Partner de ALTADIRECCION Corporate & Investment Banking

La historia reciente nos ofrece ejemplos de personas y empresas que se hicieron tristemente célebres por sus malas prácticas y faltas a la ética que comprometieron el patrimonio de terceros y el prestigio de organizaciones. El escándalo de La Polar en Chile tiene bastantes “ancestros”.

A la memoria acuden personajes que por sí solos han provocado graves faltas financieras. Jerome Kerviel, el broker del banco francés Societe Genérale, generó pérdidas por alrededor de US$ 7.000 millones a distintos inversionistas. Bernard Madoff, presidente de Bernard Madoxx Investment  Securities LLC,  estructuró un sistema piramidal o ponzi provocando un fraude por más de US$ 50.000 millones, arrastrando a inversionistas particulares e institucionales como los bancos BBVA, Santander y BNP Paribas.

Madoff había sido coordinador jefe del mercado de valores de EE.UU. y miembro activo de la National Association of Securities Dealers (NASD) organización autorregulada en la industria de activos financieros norteamericanos, es decir, una persona técnicamente calificada y con la confianza y ética financiera apropiada para ejercer su profesión. Pero eso no lo detuvo en su ambición.

Se recuerdan también otros casos en que la responsabilidad no recayó en una sola persona, sino más bien en toda la administración de la compañía como fueron los de Enron, la séptima compañía de Estados Unidos y mayor distribuidora de electricidad y WorldCom importante empresa norteamericana del rubro de telecomunicaciones que sumaba más de US$ 75 millones en intereses vencidos. En ambas situaciones, la falta de moral financiera generó una cultura sin control, ocultando información financiera a sus inversionistas.

¿Faltaron controles, auditoría? desde luego, pero también podemos recordar a la auditora Andersen que se vio involucrada en el escándalo de Enron y fue sentenciada en 2002 por delitos de obstrucción a la justicia y destrucción y alteración de documentos vinculados con la quiebra e irregularidades cometidas por dicha organización. Pese a este caso, efectivamente la recomendación general es mantener los libros contables al día, en orden y con la mayor transparencia. No hay que olvidar el sabio refrán popular: “las cuentas claras conservan la amistad”.

Si bien la falta a la ética no se puede eliminar por decreto, porque depende mucho de la formación valórica de cada individuo, sí se deben disminuir al máximo las probabilidades de que las conductas impropias tengan vía libre para actuar. A fin y al cabo, la confianza es el principal activo de una compañía.

Orden y transparencia

Cuando éramos niños y necesitábamos pedirle permiso a nuestros padres para salir de noche o de vacaciones de verano, debíamos mostrar buenas notas en el colegio para lograr esta autorización. Pues bien, en el caso de las empresas, no importando su tamaño, éstas deben presentar en orden y con transparencia sus estados financieros, ya que para el mercado, los inversionistas y los bancos, los balances y estados de resultado son la libreta de notas y nadie querrá ver una libreta de notas en “rojo”. Una empresa sana contablemente es una empresa sólida, y una empresa sólida, es una empresa creíble y solo las empresas creíbles, se consolidan  e incrementan sus ganancias.

Las medidas preventivas

Existen varias medidas que conviene implementar para que una compañía respire con tranquilidad. Lo primero: realizar una auditoría de sus estados financieros, la cual si es profunda suele demorar 3 meses y alrededor de 30 días si es una “express”. Cualquiera que realice permitirá detectar falta comunes al interior de su contabilidad como facturas de venta emitidas sin timbrar por el SII, cobranzas atrasadas más de lo debido, o pago de cuentas por cobrar recibidas por vendedores de su empresa, pero que nunca ingresaron a contabilidad o un mal manejo de su de su caja chica,…recuerdo que en una oportunidad la secretaria de gerencia general había creado una financiera al interior de la empresa utilizando la caja chica y otorgando prestamos a empleados a tasas increíblemente altas, estos préstamos eran en promedio de $ 50.000.-  y mas del 30% de los empleados de la empresa operaba de esta manera, al momento de realizar la auditoria express, la secretaria ya llevaba un año y medio con esta “bicicleta” y eso que la secretaria era una persona de confianza con mas de 10 años en la empresa, tal vez por eso se sintió en la libertad de realizar este tipo de prácticas.

Otro aspecto importante es llevar contabilidad interna y al día. Si ya está muy atrasada, se debe empezar contabilizando el último año y luego continuar por el año anterior y así, hasta lograr al menos 3 años contables. Si no es posible sacar balances y estados de resultado mensuales, hay que procurar obtenerlos bimensuales o trimestrales, pero nunca anuales. Eso atrasa mucho el proceso de orden y control.

Relacionado con lo anterior, le sugiero contratar un contador acreditado y bien remunerado. El gran error de los empresarios es mal entender los ahorros al interior de sus organizaciones.Es probable que un contador de bajo precio pueda llevar la contabilidad, pero no es seguro que lo haga bien, con estricto orden y al día. Hay que recordar que “lo barato cuesta caro” y que los estados financieros son como las libretas de notas de las empresas. Si los bancos no los ven en orden, perderán la confianza en ellos.

También conviene mantener una contraloría cada 6 meses, es decir, independientemente de tener contabilidad interna con un departamento contable propio, se recomienda contratar un auditor universitario para que dos veces al año realice una contraloría a todas las cuentas. Esto permitirá conocer todo lo que pasa en la empresa y detectar cualquier anomalía, por ejemplo, que el contador o la persona de finanzas, pague imposiciones con cargo a su empresa de personas ajenas a la compañía, realice aumentos de sueldos sin su autorización o pague bonos o viáticos, con respaldo de fotocopias de boletas o facturas que no corresponde, entre otros.

Asimismo, es importante que una vez al año se realice una auditoría de sus estados financieros. Los socios, inversionistas y bancos tendrán mayor confianza en la empresa si sus balances están debidamente auditados. Luego del caso La Polar, los protocolos de aprobación de créditos de los bancos cambiaron y hoy las políticas están cada día más estrictas, por lo que tener balances auditados permite percibir a su empresa con mayor transparencia.

 

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