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Lo que debe hacer el Banco Central con la Tasa de Política Monetaria

El punto crucial respecto a la evolución de la política monetaria será la magnitud de esta desaceleración.


Matías Madrid, economista jefe de Banco Penta

El IMACEC de mayo superó ampliamente las expectativas de mercado pese a las magras cifras de actividad que exhiben los países desarrollados y parte importante de las economías emergentes. Lo anterior también se ve reflejado en las medidas adoptadas por las autoridades monetarias de varios de estos países.  Por el contrario, en Chile se observa una dinámica economía, pleno empleo y el Banco Central no ha considerado dentro sus opciones una baja en la tasa de política monetaria.

Sin embargo, las cifras pueden crear la apariencia de un aislamiento de la economía local respecto al escenario externo. En este sentido, es probable que este dato de actividad solo refleje el rezago de este impacto o que la demanda interna compensa el efecto del menor dinamismo internacional. Probablemente sea una combinación de ambas.

Respecto al primer punto, sectores específicos de la producción industrial ya muestran hace algunos meses el impacto de la menor demanda interna. Por ejemplo, en mayo  las exportaciones de celulosa, papel y productos químicos cayeron cerca de 10% respecto al mismo mes de 2011. Esto también se refleja en indicadores específicos de producción industrial que muestran una contracción en 12 meses. Más aún, el monto de exportaciones industriales se ha desacelerado sostenidamente en los últimos 4 meses y se contrae en abril y mayo. Por lo tanto, todo indica que la crisis internacional sí nos está afectando y probablemente se agudice su impacto en los próximos meses.

En este sentido, para el resto del segundo trimestre y para el tercer trimestre proyectamos crecimientos del IMACEC en un rango entre 4% y 4,5%. Efectivamente la demanda interna ha compensado esta menor demanda externa, impulsada principalmente por un contexto de pleno empleo y crecimiento de la ocupación. De todas formas, en los últimos meses también se observa que la economía crea menos trabajo en comparación a meses previos y los indicadores de demanda también exhiben una desaceleración. Lo anterior ya se encuentra considerado en nuestro escenario base y reafirma que la economía experimentará una menor expansión en los próximos meses.

El punto crucial respecto a la evolución de la política monetaria será la magnitud de esta desaceleración. En este sentido, proyectamos que la actividad económica se aceleraría durante el último trimestre de 2012, impulsada por un mejor escenario externo y por sectores específicos como minería y construcción. Incluso podría alcanzar un crecimiento sobre 4,5% en el período. Esto asume que el empleo continuaría perdiendo dinamismo pero se mantendría en torno al pleno empleo.

Evidentemente también asume que no existe una salida desordenada, al menos en el muy corto plazo, de países pertenecientes a la Zona Euro. Por lo tanto, si las cifras de los próximos meses validan este escenario y considerando los rezagos en el efecto de una eventual política monetaria más expansiva, estimamos que una baja en julio o agosto de la tasa de instancia no sería adecuada. Más aún, proyectamos que la tasa de política monetaria debería mantenerse en 5% durante el resto del año 2012, incluso con bajos registros de inflación en los próximos meses, los cuáles a nuestro juicio se compensarían hacia el final del año.

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