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Wall Street y la banalidad del récord

Wall Street y la banalidad del récord


Wall Street terminó hoy con doble récord de cierre y doble máximo intradía para el Dow Jones y el S&P 500, contradiciendo una escena internacional preocupada por Grecia y unos bonos de deuda pública estadounidense que siguen revalorizándose.

La mayoría de las veces, los récords son reflejo de buenas noticias. Otras, bastante habituales también, se deben a que una mala noticia previene de que se acaben las políticas de estímulo, algo que algunos analistas apuntaban hoy.

Pero este arranque de semana, más bien, fue uno de esos días en los que los récords son difíciles de justificar más allá de la motivación que los inversores encuentran en superar sus marcas, por esa banalidad que a veces se esconde tras la fluctuación de sus cotizaciones y que hace tan difícil prever los movimientos en la caprichosa Wall Street.

La atención de las bolsas mundiales estaba hoy en la situación de Grecia, que negocia un nuevo acuerdo con sus acreedores y pone en solfa el equilibrio económico europeo. No importó, o sonó demasiado ajeno.

Lo más cercano, esa obsesión de la semana pasada, pareció pasarse de pronto: la rentabilidad de los bonos de deuda siguió subiendo y poco después del cierre apuntaba el 2,237 %. Pero parece que en Wall Street se aburrieron de hacerle caso y le devolvieron su indiferencia con más subidas.

La confianza de los constructores, además, registró una bajada de dos puntos en mayo y ni por esas los inversores decidieron apearse de su ánimo de comprador. Ni caso.

Todo por un récord o, más bien, por dos. Según se mire, incluso cuatro, pues el Dow Jones cerró en 18.298,88, pero es que además, consiguió el máximo intradía 18.325,54. Después de un abril sin récords, volvió a la senda de la plusmarca.

Por su parte, el S&P 500 cerró en unos inéditos 2.129,20 puntos, su tercer récord consecutivo y noveno del año, pero también durante la sesión alcanzó los 2.131,78 unidades, de nuevo un máximo intradía.

El Nasdaq todavía se quedó sin máximo histórico, pero todo indica que hay otro hito que los inversores se marcan como reto a partir de ahora: el primer récord al unísono de los tres índices. Si se lo proponen, visto lo visto, llegará aunque la coyuntura no acompañe.

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