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«Lo que necesito hacer primero es analizar la información que me llevo el día de hoy y que se está recabando en Rancagua para determinar las diligencias», señaló Emiliano Arias, quien lidera una incautación inédita. En Chile no se había producido una como la que encabeza el persecutor de la región de O’Higgins.
En un procedimiento inédito, parte de las indagatorias por abusos sexuales a menores por parte de miembros de la curia, el fiscal regional de Rancagua, Emiliano Arias, encabezó la incautación de documentos desde dependencias del Tribunal Eclesiástico de calle Catedral en Santiago y el Arzobispado de Santiago.
El objetivo de esta diligencia es «pesquisar delitos cometidos que, en este caso, aún no estén prescritos», señaló el persecutor.
La operación se da en relación con la investigación que se mantiene sobre sacerdotes de la VI Región, quienes mantendrían relaciones sexuales con menores de edad, a quienes entregarían beneficios económicos a ellos y sus familias, además de contactar jóvenes que ejercen el comercio sexual.
El fiscal a cargo señaló que los documentos, donde «existe acción penal pública», fueron incautados «sin la necesidad de una denuncia de las víctimas o una autorización eclesial».
En medio de la operación, Emiliano Arias, comentó a la brevedad que «en Chile todos estamos sometidos a la justicia ordinaria», señalando que los procesos se llevarán a cabo en simultáneo a la justicia canónica.
El persecutor de O’Higgins indicó posteriormente en un punto de prensa que no se revelarán antecedentes concretos de la información recopilada «por respeto a las propias víctimas». Además, aseguró que «la cooperación de la Iglesia ha sido total».
