BRAGA
Créditos foto: Karolina Grabowska
Según la UNESCO, la brecha de género en la ciencia es un problema prioritario, y a nivel mundial existe menos del 30% de mujeres en el área, además solo el 35% se encuentra estudiando esta profesión. En el ámbito farmacéutico puntualmente, existe una gran ausencia de mujeres dentro del área logística y de dirección.
A pesar de que los datos de la UNESCO indiquen que en Latinoamérica y el Caribe exista un mayor porcentaje de participación femenina en la ciencia en contraste con la mayoría de continentes, lo cierto es que según un estudio de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile (CONICYT), Chile ocupa uno de los últimos lugares de Latinoamérica con respecto a la participación femenina, con un 31,5%.
Estos datos se condicen con lo mencionado hace una década atrás, cuando la Cepal en un estudio hizo hincapié en los obstáculos de la mujeres, “las mujeres en ciencia y tecnología se enfrentan no solo a un techo de cristal (obstáculos visibles o invisibles que les impiden acceder a los puestos superiores de la escala profesional), sino también a lo que se denomina suelo pegajoso, concepto usado en la literatura especializada para describir las dificultades que tienden a mantener a las mujeres en los niveles más bajos de la pirámide organizacional”. Así mismo, los escasos estudios con perspectiva de género han demostrado que la participación de ellas en la ciencia puede ser valiosa, ya que incluso su colaboración puede ser más efectiva que la de los hombres, así lo destaca un estudio de la Universidad de Concepción, donde se identificó que “las mujeres tienen mayor rendimiento y usan más estrategias cognitivas que los hombres”.
La directora ejecutiva de Mujeres en la Industria (MEI), Claudia Velasco, asegura que es necesario buscar tres principios para potencial el rol femenino en la farmacéutica. En primer lugar, una “sensibilización” de las empresas, en términos de impulsar la idea de que un equipo de trabajo equitativo es potencial tanto en, rentabilidad y productividad. También, es necesaria la “corresponsabilidad”, que se refiere al siguiente paso del proceso, donde debe haber la igualdad de responsabilidades y derechos de las personas laburantes. Por último, es necesario la “acción”, donde el trabajo debe garantizar un efecto a nivel interno y externo. Según Velasco, en este proceso es necesario la colaboración de funcionarios del sector público y universidades.
Debido al escaso avance y estudio de género dentro de la farmacéutica en Latinoamérica, las mujeres han tomado las riendas de la cuestión y en este contexto nace Mujeres en la Industria (MEI), organización que forjó una alianza con Mujeres en la Industria de Argentina para organizar la Segunda edición de la Conferencia CREA con el fin de potenciar la participación de mujeres en el ámbito farmacéutico donde predominan roles masculinizados. La reunión convoca a todas las mujeres científicas y se llevará a cabo el 24 de marzo en el Centro de Extensión de la Universidad Católica.
