Uno de los vendedores en redes sociales señaló que se trató de una iniciativa de particulares, y que no hay ningún partido político detrás. “No hay partido político en Chile que se atreva a hacer algo así, yo creo”. La Fuerza Aérea y Carabineros de Chile señalaron que estudian acciones a seguir por el uso. Ya durante la detención de Augusto Pinochet en Londres, el empresario Eduardo Arévalo comercializó vinos que hacían una apología a la figura del ex dictador. [ACTUALIZADA]
Una edición limitada de botellas de vino de la cepa Carmenere, con logos del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y Carabineros de Chile, celebra el Golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Salvador Allende.
Los vinos por los “50 años del Pronunciamiento Militar del 11 de Septiembre de 1973” se venden en cajas de 6 unidades por $38.000 por las redes sociales, video incluido.
Además incluyen imágenes de los cuatro miembros de la Junta Militar y la frase “Liberación nacional” y “1973-2023”.
La iniciativa de vincular el vino a causas del pinochetismo es antigua. En 1997, el abogado y empresario Eduardo Arévalo Mateluna inscribió la marca “Don Augusto”, junto con producir además el “Capitán general”.
En 2002, Arévalo, actual presidente del Comité Nacional de Arbitraje Deportivo, ganó una disputa legal con Augusto Pinochet Hiriart, hijo del ex dictador Augusto Pinochet, cuando el primero intentó patentar la marca “Augusto Pinochet” para exportar vinos a Estados Unidos.
José Luis León Márquez, quien figuraba como uno de los vendedores en esta nueva iniciativa, señaló a El Mostrador que “me invitaron a participar” y “fue una cosa que hicimos hace unos días atrás”, junto a una viña cuyo nombre no quiso revelar.
“No hay más stock. Hicieron una partida limitada. Nosotros encargamos cien (cajas) y creo que hay otras dos personas más que le encargaron cien también”, agregó, junto con señalar que tras la venta empezó a recibir amenazas. En ese contexto, “la condición que puso la viña para participar fue que no se divulgara su nombre”.
Además agregó que se trató de una iniciativa de particulares, y que no hay ningún partido político detrás. “No hay partido político en Chile que se atreva a hacer algo así, yo creo”.
Las etiquetas llevan además los logos del Ejército de Chile, la Armada de Chile, la Fuerza Aérea de Chile y Carabineros de Chile.
Desde la FACH se indicó “cada vez que se utilizan sin derecho (autorización) insignias, uniformes, distintivos o condecoraciones de la Institución, la Fuerza Aérea de Chile, una vez que reúne los antecedentes respectivos, procede a estampar la denuncia correspondiente”.
En el mismo tenor, desde la policía uniformada indicaron que “Carabineros no ha autorizado el uso de su logo y por ende se analizarán las acciones a seguir junto a sus entes jurídicos”.
Desde el Gobierno, por su parte, reafirman lo señalado por las ramas militares. “Esta es una situación de mal uso de los logos institucionales”, indicaron desde la Subsecretaría de las Fuerzas Armadas al ser consultados por este medio.
Lo que en Chile se puede hacer sin problemas, en otros países es ilegal. Un ejemplo es Alemania, donde en 2016, las fuerzas de seguridad incautaron en un pequeño restaurante de Augsburgo cuatro botellas del denominado “vino del Führer”, un caldo con un retrato de Adolf Hitler en la etiqueta.
Según informó la Policía de Augsburgo, a raíz de la operación se abrió una investigación contra el propietario del establecimiento, un alemán de 49 años, acusado de emplear símbolos identificativos de organizaciones contrarias a la Constitución.
En una de las botellas se podía leer la inscripción “sieg Heil” (salve a la victoria), un lema que solía emplearse en los actos públicos nazis y cuyo uso está penado en la Alemania actual. En la actualidad se comercializan varios vinos y cervezas con el rostro o el nombre de Hitler, principalmente en Italia, y su importación a Alemania no es ilegal.
Las fuerzas de seguridad registraron el restaurante después de que el diario local “Augsburge Allgemeine” informase sobre la presencia de las botellas a raíz de la denuncia de un lector que las detectó en la barra del establecimiento.
