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Ópera “Rigoletto”, un barítono estelar CULTURA Crédito: Patricio Melo

Ópera “Rigoletto”, un barítono estelar

Presenciamos una versión de gran interpretación a todo nivel de los artistas. Se da comienzo con la obertura que expresa toda la tragedia de la maldición que persigue a Rigoletto. Es el núcleo musical de toda la ópera. Una trompeta solista toca un do menor repetido, seguido de pesados acordes de metal que luego se funden en el motivo de la maldición. Gran dominio demostró el director Rizzi Brignoli en su conducción. Este sábado hay una nueva función en el Teatro Municipal de Santiago.


Guiseppe Verdi (Le Roncole, 1813 – Milán, 1901) fue el compositor de ópera considerado de los más importantes de todos los tiempos, como también el más influyente del siglo XIX. Con la ópera “Rigoletto” comienza su período de mayor madurez musical, que culminará con las máximas creaciones: sus óperas “Otello” y “Falstaff”.

Junto a la “Traviata e Il Trovatore”, “Rigoletto” forma un trío que se destacó como ópera “popular”, según la denominación de la época y tuvo el mayor éxito. Estas obras significan una renovación de la concepción operática. Anteriormente en Verdi habían primado los temas históricos, ahora se da paso a temas de carácter existencial.

En “Rigoletto” son la pasión y la tragedia humana los nuevos ejes de la acción. Se emplea un lenguaje musical más directo, realista y menos idealizado. Se alcanza, así, el dramatismo que requiere la acción. Ya no está el estilo florido belcantista, puesto que la acción está constituida por dúos y números de conjunto; no por arias.

Es importante destacar que Verdi, en esta ópera, le da el papel protagónico absoluto a un barítono. Hay precedentes en las óperas “Attila” y “Macbeth”, pero no con este desarrollo vocal y dramático. Así el rol de Rigoletto se ha convertido en uno de los más grandes papeles del repertorio lírico mundial. Se dice también que la voz predilecta de Verdi era la del barítono.

La ópera “Rigoletto” tiene tres actos, está basada en la obra teatral “El rey se divierte” del poeta, dramaturgo y escritor francés Victor Hugo, escrita en 1832. Su estreno produjo escándalo y fue prohibida. No era aceptable representar a un rey como “libertino”; era demasiado para la censura europea de la época.

El libreto fue escrito por Francisco María Piave, haciéndole cambios fundamentales para poder enfrentar la censura, tales como el traslado de la localización escénica de París a Mantua y que el rey sea rebajado a duque. La ópera se estrenó en 1851 en el teatro La Fenice en Venecia.

La historia transcurre durante el siglo XVI. Se trata de un drama de pasión, engaño, amor filial y venganza que tiene como protagonista a Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del Ducado de Mantua.

En esta función de “Rigoletto” presenciamos una versión de gran interpretación a todo nivel de los artistas. Se da comienzo con la obertura que expresa toda la tragedia de la maldición que persigue a Rigoletto. Es el núcleo musical de toda la ópera. Una trompeta solista toca un do menor repetido, seguido de pesados acordes de metal que luego se funden en el motivo de la maldición. Gran dominio demostró el director Rizzi Brignoli en su conducción.

La escenografía está primeramente centrada en el duque. Se muestran en el palacio altos cortinajes, cuadros dorados de piernas de mujeres y el “sillón” al centro del salón. Queda bien expresado este mundo lujurioso del señor.

En contraste está el mundo de Rigoletto con su hija Gilda. Se representa en su casa pobre. Con el uso de transparencias (buen recurso) se dibuja el entorno del pueblo con la Iglesia camino a su casa. Luego en el mismo concepto, en el último acto, aparece la posada iluminada como prostíbulo. En estos dos ambientes, al ser tan estrechos, se impide la movilidad de los actores. No se logra una propuesta coreográfica adecuada. Finalmente queda solo Rigoletto a orillas del río Mincio en la bruma de la noche para el tenebroso desenlace fatal. Buen efecto de luz y sombras en esta principal última escena de la ópera (Ricardo Castro).

El coro, sólo masculino, tiene un gran protagonismo en los cortesanos que van describiendo y comentando toda la trama. Uno de los momentos álgidos de la ópera se produce cuando raptan a Gilda. El contra punto entre el coro y la orquestación, que se va acelerando, da un dramatismo que pone a la máxima tensión a los protagonistas.

Otro momento digno de destacar es la interpretación del coro en el último acto, cuando se le oye, fuera de escena imitar el viento en medio de la tormenta. Es un detalle de originalidad tímbrica asombrosa que no tiene precedente en la ópera italiana. Excelentes realizaciones de los directores Rizzi y Klastornick.

Dentro del cambio y evolución musical que nos muestra Verdi en Rigoletto, está el número concertante, el más genial de toda la ópera: “Bella figlia dell’amore”, el cuarteto del último acto, en el que intervienen el duque, Maddalena, Gilda y Rigoletto. Allí se expresa magistralmente el carácter de cada personaje y de los roles superpuestos, en un contrapunto musical. La interpretación ha sido notable vocalmente con una dirección magnífica del director Rizzi Brignoli.

El duque de Mantua interpretado por el tenor Iván Ayón-Rivas con muy buena calidad en su registro, musicalidad y buena expresión vocal y escénica, destacó en la interesante aria “Ella mi fu rapita…” y en el dúo con Gilda. Su entrega superó su rol de la Boheme del 2022, sólo que aún en los agudos, la emisión de la voz se le contrae, saliendo empujado.

Rigoletto es interpretado por el barítono Juan Jesús Rodríguez. Es ovacionada su destacadísima interpretación del rol, con el dramatismo y fuerza que requiere este complejo personaje. Es poseedor de un gran registro como barítono verdiano, en su color y proyección de la voz. Lo mejor que se ha escuchado en el Municipal en mucho tiempo.

Gilda interpretada por la soprano Aigul Khismatulina, posee el registro adecuado de soprano coloratura. Muy musical cantó con delicada expresión, destacando en el aria “Tutte le feste al tempio” y en el dúo de amor con el duque.

Sparafucile es interpretado por Taras Berezhansky. Con buena voz de bajo supo posesionarse en su rol.
Maddalena es la mezzo chilena Evelyn Ramirez. Notable su interpretación con muy buen registro y expresión dramática.

Conde Monterone interpretado por el barítono Homero Perez-Miranda, tuvo un buen registro y expresión vocal, pero en lo gestual se pediría más “indignación”.

Muy bueno el desempeño del resto del elenco: Paola Rodriguez (Giovanna), Javier Weibel muy bueno (Marullo), Gonzalo Araya (Borsa), Marcela Gonzalez (Condesa Ceprano), Cristián Lorca (Conde Ceprano), Camila Aguilera (Paje) y Kevin Mansilla (Paje).

Ficha Artística
Dirección musical: director titular Orquesta Filarmónica de Santiago Roberto Rizzi Brignoli /Dirección de escena: Christine Hucke /Escenografía: Rebekka Dornhege Reyes /Vestuario: Constanza Mesa-Lopehandía /Iluminación: Ricardo Castro /Director Coro del Municipal de Santiago: Jorge Klastornick.

Título de la ópera: Rigoletto, autor Giuseppe Verdi (1813-1901), duración 2 hrs. 5 min. Critica realizada a la función del 19 de agosto 2023.

 

 

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