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En el marco de su visita a Marsella, el sumo pontífice abordó la crisis migratoria en el mediterraneo a propósito de los movimientos masivos desde el continente africano hacia Europa, por lo que hizo un llamado para avanzar en nuevas regulaciones que permitan ampliar las entradas legales. “Y así este hermoso mar se ha convertido en un enorme cementerio, donde muchos hermanos y hermanas se vieron privados incluso del derecho a tener una tumba”, señaló.
Marsella – ubicada al sureste de Francia – es una importante ciudad-puerto del Mediterráneo que históricamente ha estado marcada por flujos migratorios, movimientos que hoy se traducen en una importante crisis a nivel continental. Precisamente, es el tema central de la visita del Papa Francisco a esta localidad, en momentos donde nuevas olas de refugiados africanos han provocado la reacción de grupos antiinmigrantes en diferentes países de Europa.
“Sean un puerto seguro para los heridos de la vida”, señaló Francisco en la basílica Notre-Dame de la Garde, donde se desarrolló el primer momento de la visita del sumo pontífice en la localidad francesa. También encabezó un encuentro con sacerdotes de Marsella en la basílica de Nuestra Señora de la Guarda y luego una oración interreligiosa en el monumento que da hacia el mar Mediterráneo. “Deben ser socorridas las personas que, al ser abandonadas sobre las olas, corren el riesgo de ahogarse. Es un deber de humanidad, es un deber de civilización. (…) Frente a semejante drama no sirven las palabras, sino los hechos”, indicó.
Asimismo arremetió contra “el fanatismo de la indiferencia” y reiteró el llamado a consolidar mecanismo de colaboración e integración entre las naciones Europeas. “Hay que resolver los problemas que nos presenta el mar, para la Unión Europea y para todos es importante para poder sobrevivir. Tenemos que enfrentar este problema de forma unida. Componer juntos un mosaico de puentes”, expresó.
La agenda del sumo pontífice en la ciudad francesa también contempló un encuentro con el presidente Emmanuel Macron, quienes se reunieron en forma privada en el Salón de Honor del Palacio del Faro. “Para Marsella, para nuestro país, orgullo de acoger a Su Santidad el Papa Francisco con motivo de los Encuentros del Mediterráneo”, manifestó el mandatario a través de su cuenta en la red social X.
Cabe señalar que el viaje de la autoridad eclesiástica se produjo días después de que más de 7.000 migrantes llegaran a la isla italiana Lampedusa, mediante precarias embarcaciones procedentes de Túnez. Situación que llevó al alcalde de la isla, Filippo Mannino, a declarar estado de emergencia y a denunciar la grave crisis que está sobrepasando a las localidades europeas.
