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Sudamericano Sub 20: debut ante un gigante

Sudamericano Sub 20: debut ante un gigante

En su estreno de mañana ante Brasil, la Rojita se jugará buena parte de sus posibilidades en el Sudamericano Sub 20 Uruguay 2015, un torneo que asoma muy exigente para una selección inexperta e insertada en un grupo de rivales durísimos.


Pese a ser el partido inicial, el duelo ante la Verdeamarela es clave para los muchachos de Hugo Tocalli. Una victoria o un empate le darían al equipo un envión anímico inmejorable para enfrentar a sus siguientes adversarios, Colombia, Venezuela y el local Uruguay, en un lapso de cinco días. Incluso una derrota estrecha sería un aliciente. Al revés, un resultado desastroso reviviría todas las inseguridades surgidas durante un año y medio de preparación, y reforzaría las convicciones de sus demás contrincantes que conocen las debilidades de un cuadro chileno que los enfrentará sin tener los descansos adecuados.

Este Sudamericano dará pasajes para el Mundial Sub 20 de Nueva Zelanda, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y los Juegos Panamericanos de Toronto. Se trata de experiencias inigualables para todo jugador juvenil que pretende llegar a la selección adulta, uno de los principales objetivos declarados por Tocalli, que como cabeza de todas las rojitas menores pretende repetir el fenómeno logrado junto a José Néstor Pekerman en los combinados argentinos infantiles y juveniles entre 1995 y 2007.

Chile está en el Grupo B, sin duda el más complejo. Brasileños, uruguayos y colombianos han sido campeones de estos torneos ocho, siete y tres veces, respectivamente. Y los emergentes venezolanos clasificaron al pasado Mundial Sub 17 con un contingente que contaba con tres jugadores de la actual Vinotinto. Así, clasificar al hexagonal final como tercero en su grupo ya es una posibilidad incierta.

A la calidad de sus adversarios, la Rojita suma la falta de experiencia en el fútbol adulto de la mayoría de sus integrantes (solo siete de ellos superan los mil minutos en Primera División), un calendario inmisericorde y, lo principal, un rendimiento que todavía no convence ni siquiera al propio Tocalli.

Tras haber pasado por las manos de Mario Salas y Claudio Vivas, con la asunción del transandino en agosto pasado el abundante y disparejo contingente que se probó en el laboratorio de Quilín se redujo a una treintena de los que, en general, bien pudieron haberse preparado juntos desde un comienzo.

En los cinco meses a cargo del equipo, Tocalli procuró impregnarla de su filosofía de juego: fortaleza defensiva y orden colectivo en desmedro de vértigo y audacia. Pero no es mucho lo avanzado. En los amistosos jugados bajo su mando el equipo siguió demostrando que la lección fue aprendida a medias. No hay control del juego y sí mucho de correr detrás de la pelota. Ello impide que los creadores y los atacantes tengan las oportunidades necesarias para enhebrar jugadas de riesgo. Tocalli, pragmático como es, no ha dudado en exteriorizar su inquietud por esta falencia.

Asumiendo esa realidad, la Rojita debutará mañana ante Brasil, a las 19 hora chilena, en un lance que será jugado en el estadio Domingo Burgueño Miguel y dirigido por el paraguayo Enrique Cáceres, con una temperatura de 26 grados Celsius y alta humedad, lo que inquieta a la delegación nacional.

A 24 horas del encuentro, Tocalli ya definió su equipo titular, con la sola incerteza de si el atacante central será Ignacio Jeraldino, el sanfelipeño que se abre paso en el Parma de Italia, o José Luis Sierra, el hispano hijo del actual entrenador de Unión Española, dos años menor que la mayoría de sus compañeros y que fue integrado a última hora, luego de que Tocalli se cansara de darle oportunidades a otros goleadores que no estuvieron a la altura.

Salvo contratiempos postreros, el resto de la oncena la integrará el cruzado Miguel Vargas en el arco, que a fuerza de regularidad y asistencia le ganó el puesto a Brayan Cortés, el iquiqueño veterano del Mundial de Turquía 2013. La defensa alineará a los albos Camilo Rodríguez y Luis Pavez, en los laterales, y al azul Rodrigo Echeverría y al audino Sebastián Vegas, en el centro de la

zaga. Los volantes centrales serán el taltalino Bernardo Cerezo y el temuquense Sebastián Díaz. Luego se desplegarán el creador antofagastino Diego Rojas, y los volantes externos el argentino-chileno Luciano Cabral y el rancagüino Cristián Cuevas, quienes deberán conectarse con Jeraldino o Sierra.

Al frente tendrá a un equipo brasileño que luce la habitual fortaleza de un país que a este nivel ha sido campeón mundial cinco veces, tres subcampeón y tercero en otras tres ocasiones, siendo superado únicamente por Argentina.

La Verdeamarela es dirigida por Alexandre Tadeu Gallo. Tiene un inquietante promedio de altura de 1.81 metros versus 1.74 de Chile y un plantel formado básicamente por jugadores del torneo local, salvo el volante Lucas Evangelista, del Udinese de Italia. Su figura más publicitada es el atacante del Santos, Gabriel, a quien comparan con Neymar. Detrás suyo resalta otro atacante, Malcolm Silva, del Corinthians, quien ya es seguido desde el Barcelona y el Chelsea.

Curiosamente, las últimas informaciones surgidas del entorno del Scratch no los sitúan como titulares. En la víspera, el elenco titular más probable es: Marcos (Fluminense); Auro (Sao Paulo), Marlon (Fluminense), Eduardo (Internacional), Cajú (Santos); Gerson (Fluminense), Thiago Maia (Santos), Nathan (Atlético Paranaense); Marcos Guilherme (Atlético Paranaense), Thalles (Vasco da Gama), Kennedy (Fluminense).

Se trata de un elenco afiatado, a tal punto de que el entrenador cerró el plantel a comienzos de diciembre último, a diferencia de Tocalli, que dudó hasta el final en algunos puestos.

Los brasileños llegan a este torneo con las ansias de volver a un mundial, luego de que fracasaran en su intento de cara a Turquía 2013. De todos modos, sus 11 títulos sudamericanos son un suficiente respaldo para sus pretensiones. Y una clara amenaza para los nuestros.

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