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Último balance de un Clausura atípico

Último balance de un Clausura atípico

Finalizado un irregular torneo que fue aprovechado inteligentemente por Cobresal, inédito campeón, es hora de buscar los momentos, hechos y personajes que marcaron la segunda mitad de la temporada futbolística en Primera División, a la espera de que finalice la liguilla de Copa Sudamericana.


1. El Campeón: sin duda, el equipo que mejor conjugó la regularidad durante el torneo fue el dirigido por Dalcio Giovagnoli. Con un libreto simple y conocido por todos los rivales, Cobresal supo golpear en los momentos justos, sobre todo en sus visitas a San Carlos de Apoquindo y Pedrero. Incluso, los mineros atraparon la corona en la penúltima fecha, frente a Barnechea.

2. Nicolás Peric: si hay un Personaje (así, con mayúscula) en nuestro fútbol que merecía ser campeón ese es el «Loco» Peric, quien tras haber perdido la final del Apertura 2002 con Rangers ante la UC, encontró revancha en el desierto, liderando a sus 36 años la enorme campaña de los de El Salvador. Impuso su jerarquía internacional en un cuadro que careció de estrellas, pero que encontró en el arquero el último bastión de resistencia en la cancha.

3. Esteban Paredes: en un Colo Colo marcado por irreconocibles momentos en la campaña (perdiendo 16 puntos como local), el goleador pareció liderar en solitario las aspiraciones albas de campeonar. Mermado físicamente debido a la intervención en dos frentes (Clausura y Libertadores), Paredes disputó 15 de los 17 encuentros del torneo, señalando 11 goles y alcanzando por quinta vez en su carrera el cetro de máximo artillero nacional: una vez por Santiago Morning y cuatro por Colo Colo, lo que instaló a “Visogol” en la historia grande del fútbol chileno.

4. La rebelión de los “chicos”: acostumbrados a la intrascendencia y a figurar en lugares de rezago en las tablas, los equipos de provincia animaron el campeonato en diversos pasajes: prueba de lo anterior es que en la liguilla post campeonato aparecen San Marcos de Arica y Unión La Calera (además de O’Higgins) disputando un cupo a la Copa Sudamericana, que supondría el estreno internacional de ambos. Además, Iquique se dio el lujo de vencer al campeón (Universidad de Chile) en Santiago y de aguarle la fiesta a Universidad Católica, empatando un duelo que en el entretiempo perdía por 3-0.

5. Jean Paul Pineda: si hablamos de Paredes, no podemos obviar lo hecho por el goleador del campeonato (con los mismos 11 tantos que el colocolino, pero con un partido menos). Pineda pareció reflotar su carrera en Unión La Calera, esa que alguna vez lo llevó a sonar incluso en la Juventus y que dilapidó opciones en Colo Colo. Ahora, el nombre del artillero se revalorizó e, incluso, algunos lo ven en el proyecto de Martín Lasarte para el segundo semestre en Universidad de Chile.

6. Los dramas de Cobreloa: nadie hubiese imaginado que el poderoso equipo doble finalista de la Libertadores, ocho veces campeón de nuestro fútbol, promotor de enormes talentos individuales y de rendimientos colectivos, terminaría cayendo alguna vez de Primera División. Lo visto en Calama fue la suma de una nefasta gestión directiva, cuyos responsables llegaron a tener más relevancia que los propios jugadores, y que hasta decantó en la resta de puntos (en castigo por haber incluido a Alejandro Hisis como ayudante técnico de Marco Antonio Figueroa) que condenó a los mineros al descenso. Como curiosidad, queda el hecho de que en 1992, Cobreloa fue campeón y Cobresal descendió por primera vez en su historia. Ahora se invirtieron los papeles.

7. La “revolución” que no fue: tras malas campañas, encarnadas en los técnicos Rodrigo Astudillo y Julio César Falcioni, Mario Salas comenzó el torneo al frente de Universidad Católica con la imperiosa necesidad de cuajar un buen torneo y, de ser posible, coronarlo con la obtención del título. Sin embargo, tras un arranque prometedor, asomaron los desbalances propios de la arriesgada apuesta del entrenador: el equipo convertía mucho, pero recibía en dosis similares. Dos veces terminó 3-2, 3-3 y 2-4, y en una oportunidad, 5-3 y 4-2. Estos son claros ejemplos del desequilibrio descrito. En la síntesis, la UC asomó como el equipo con más goles a favor en el torneo (40), aunque también como la tercera valla más batida.

8. Universidad de Concepción: con un impecable registro de cinco triunfos en las cinco fechas iniciales, el elenco del Campanil pareció destinado a animar el torneo, e incluso a presentar sus credenciales al título, sin embargo, los dirigidos por Ronald Fuentes no supieron mantenerse en la cima de la tabla más allá de cuatro fechas (entre la tercera y sexta), iniciando un desplome en los resultados que se tradujo en siete jornadas sin conocer de triunfos. Las fechas finales mostraron una mejor cara de los penquistas, quienes se alzaron con la Copa Chile durante el semestre y deberán disputar la Supercopa frente a Universidad de Chile.

9. Los refuerzos: resulta inentendible la disposición reglamentaria que permite incorporar sólo a tres jugadores a inicios de campeonato. Quienes más lamentaron esta medida fueron los equipos que tuvieron que representar al país en la Copa Libertadores (todos eliminados en fase de grupos), pero los demás elencos también padecieron los caprichos de un reglamento que limita las opciones de sumar, por ejemplo, un jugador por línea de la cancha (arquero, defensa, volante y delantero). En tiempos en que la televisión dictamina empezar un campeonato el 3 de enero, resulta imperioso revisar la normativa vigente.

10. El formato: Con esa eterna aspiración de homologar nuestro torneo “a la europea”, el sistema de 17 fechas parece encontrar más aprobación que los torneos con playoffs. Sin embargo, la reducción de 16 equipos en primera división limitará el margen de error de los clubes, que con un par de malas jornadas se despedirán rápidamente del sueño de campeón, enredándose en temas del descenso. El desafío, de mantenerse los actuales parámetros de clasificación y definición de descensos, será mayor para los clubes con menos presupuesto y que deberán sumar rápidamente, de cara al final de temporada. San Luis de Quillota, flamante campeón de la B, será el primer examinado.

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