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“El fútbol chileno opera como una mafia” Dirigente de Deportes Puerto Montt:

“El fútbol chileno opera como una mafia”

El personero, quien pidió expresa reserva de su nombre, recordó el extraño caso de su institución, que jamás vio los 500 mil dólares que iba a recibir como integrante de la ANFP en 2012. Dineros que, pertenecientes a la Federación Chilena de Fútbol por los derechos de la transmisión televisiva de las Clasificatorias a Rusia 2018, fueron sin embargo a parar a los clubes Sociedades Anónimas mediante una fórmula conocida: el “Fútbol Joven”.


Un ex dirigente de Puerto Montt, que pide expresamente permanecer en el anonimato (“el fútbol está convertido en una mafia, y todos sabemos cómo operan las mafias”), señala: “Lo que dice El Mostrador respecto de que con la llegada de las Sociedades Anónimas Deportivas el fútbol, al contrario de ganar en transparencia, se transformó en algo muy turbio, es una absoluta verdad. ¿Sabe la gente que a principios de 2013 la ANFP decidió repartir 16 millones de dólares que pertenecían a la Federación Chilena de Fútbol entre los 32 clubes que la integran? ¿Y cuál cree usted que fue la fórmula para que dineros pertenecientes a la Federación, y no a la ANFP, llegaran a los clubes? La misma utilizada para defraudar al Estado y ahora a las municipalidades: los dineros, supuestamente, iban a los clubes Sociedades Anónimas para el financiamiento de su “Fútbol Joven”. No estamos hablando de una cantidad menor: cada club recibió medio millón de dólares, excepto Puerto Montt. Lo que le correspondía fue a parar a las arcas de Deportes Copiapó, que al momento del acuerdo no estaba en los registros de la ANFP, por competir en Segunda División”.

Consultado Patricio Corominas, presidente de Deportes Puerto Montt en la época de dicho acuerdo de reparto de utilidades, señaló que “le agradezco su preocupación, pero yo hace tiempo que estoy retirado de las actividades directivas. Sí le puedo decir que lo que usted me consulta es rotundamente cierto: el club nunca recibió esos 500 mil dólares, que efectivamente fueron a favorecer a Deportes Copiapó, que al momento del acuerdo no pertenecía a la ANFP”.

Según pudo averiguar El Mostrador, el acuerdo, tomado en un Consejo de Presidentes de la ANFP de principios de enero de 2013, era sin embargo taxativo para señalar-y así consta en actas- que se repartirían en partes iguales 16 millones de dólares entre los clubes integrantes del organismo que hubieran competido en los Campeonatos correspondientes a 2012. Era la situación de Deportes Puerto Montt. Sin embargo, ese mismo año el club sureño perdió su categoría y, junto con ello, el valioso aporte que, se suponía, estaba destinado a sus series menores.

El anónimo dirigente portomontino dice al respecto: “Pero todos sabemos a dónde fueron a parar esos dineros: a los bolsillos de los accionistas. De aquello han pasado dos años y medio y, sin embargo, ¿se ha sabido de inversiones de las Sociedades Anónimas en canchas o camarines para sus series menores? No hay nada. Con suerte les compraron a los niños camisetas nuevas”.

Consultado el dirigente acerca de si estaba enterado de dónde habían aparecido esos 16 millones que, a razón de 500 mil dólares por club, habrían ido a parar a los bolsillos de los accionistas, señala: “Era dinero a cuenta de los que la Federación iba a percibir por los derechos de transmisión televisiva de las Clasificatorias para Rusia 2018, vendidos a Mega en 106 millones de dólares, a los que había que sumar otros 8 millones que pagó la cadena Fox Sports. Creo que a Deportes Puerto Montt lo dejaron fuera porque el contrato con Mega se firmó sólo a mediados de 2013, pero eso no cambiaba el acuerdo del Consejo de Presidentes de que los favorecidos iban a ser los clubes que formaban parte de la ANFP durante 2012”.

Agrega: “Con los documentos pertinentes, acudí donde la jueza de Puerto Montt, María Eugenia Concha, y ella, tras examinarlos, me dijo que al club simplemente le habían escamoteado ese dinero, independiente de que el contrato con Mega se hubiera firmado sólo a mediados del 2013”.

Alex Rojas es gerente de Deportes Puerto Montt desde 2007. Recuerda con claridad el caso. Dice: “En la comunidad portomontina, como parece ser lógico, respecto de este hecho surgieron todo tipo de sospechas. El directorio, encabezado primero por Patricio Corominas y luego por Juan Jorquera, se vio sometido a todo tipo de presiones y de acusaciones. El socio, el hincha, y la gente en general, pensaban que los 500 mil dólares habían quedado en poder de los dirigentes del club, uno de los pocos, junto con Curicó Unido y Cobresal, que no son Sociedades Anónimas y que continúan siendo Corporaciones de Derecho Privado sin fines de lucro”.

Agrega: “Fue tanto, que Juan Jorquera debió viajar a Santiago y obtener, en la sede de la ANFP, un certificado que acreditaba que el club no había recibido un peso de esos 500 mil dólares”.

Pero, ¿por qué debería haber recibido Deportes Copiapó ese medio millón de dólares si, al momento del acuerdo, no formaba parte de la ANFP? El propio dirigente anónimo tiene una posible explicación:

“El presidente de Deportes Copiapó es Felipe Muñoz, uno de los principales socios del factoring Factor-One, que les presta dineros a los clubes con un interés del 10 por ciento. Es muy probable que se les haya cedido a ellos ese dinero para cancelar alguna deuda. ¿Qué otra explicación puede haber?”.

Los dirigentes portomontinos en todo caso, no se fueron a Segunda División en 2013 con las manos vacías: la ANFP, a manera de indemnización por haber perdido la categoría, los consoló con un generoso aporte de 25 mil UF. Pero la alegría les duró poco: Deportes Puerto Montt vuelve este año a competir en la Primera B y la ANFP le cobró, por “derecho de llaves”, las mismas 25 mil UF, sólo que al precio actual el monto corresponde a más o menos 625 millones de pesos, cantidad sustancialmente mayor a la recibida hace ya tres años.

¿De verdad es la ANFP una Corporación de Derecho Privado sin fines de lucro?

En todo este problema que atañe a Puerto Montt no se puede, sin embargo, perder de vista el hecho de que la ANFP haya decidido, sin tener atribuciones para ello, repartir entre los clubes 16 millones de dólares que pertenecían a la Federación Chilena de Fútbol, toda vez que la Selección Chilena es un “producto” que le pertenece. Dicho claramente, los dineros del contrato firmado con Mega no podían ser manejados por la ANFP, y mucho menos repartirlos para el beneficio de privados, es decir, los accionistas de las Sociedades Anónimas Deportivas.

No sólo eso: se repartieron utilidades “a futuro”, toda vez que, cuando se llegó al acuerdo, el contrato con Mega aún no estaba firmado. ¿No ha sido ese el principal “talón de Aquiles” de los manejos del fútbol mundial, que han apurado la corrupción de la FIFA y de sus organismos dependientes, como la Concacaf y la Conmebol?

Ahora que el Ministerio de Justicia está investigando al fútbol chileno, a raíz del escándalo que todavía sacude a la FIFA, y que tuvo repercusiones en el país, luego que se supiera que la empresa Datisa habría pagado al fútbol chileno 3 millones de dólares en coimas para obtener los derechos de transmisión televisiva de las próximas Copas Américas, cabe la pregunta: ¿Abordará la ministra Javiera Blanco este tipo de casos cuya turbiedad brota por todos lados?

¿Le llamará la atención a la ministra el que la ANFP disponga de la forma que se le antoje de dineros que no le pertenecen para ser repartidos a beneficio de los accionistas de los clubes Sociedades Anónimas? ¿Se preguntará por qué la Federación Chilena de Fútbol es un ente inoperante, y que en los hechos no existe, excepto cuando se trata de recibir dinero para luego repartirlo?

Pero las preguntas son muchas y las respuestas no siempre llegan. De partida, la ministra Blanco se apresuró en aclarar que en su investigación del fútbol chileno, su cartera no tiene plazos. A lo mejor le faltó agregar que se iba a investigar “sólo en la medida de lo posible”, parafraseando a Patricio Aylwin respecto del papel que le correspondía a la justicia en la violación de los derechos humanos cometidos a destajo durante una dictadura de triste recuerdo.

Consultada esa vez la ministra acerca del análisis que haría su cartera de los balances de la ANFP, aclaró que “lo importante es chequear que los ingresos y gastos estén asociados al objeto de una Corporación sin fines de lucro. Y eso significa que no haya utilidades. No puede haber retiros”.

Agregó: “Sí puede haber reinversión en actividades vinculadas al giro”.

Frente a la pregunta acerca de si la ANFP, que en teoría no tiene fines de lucro, podía transferir dinero a entidades con fines de lucro, como los clubes Sociedades Anónimas, señaló que sí, aclarando que “esas transferencias sólo pueden hacerse para realizar actividades relacionadas con los fines sociales de la respectiva SAD”.

La afirmación de la ministra, otra vez, provoca nuevas interrogantes: ¿Cuáles podrían ser los fines sociales de una Sociedad Anónima Deportiva que sólo persigue el lucro y no el desarrollo del deporte? ¿Va a investigar su cartera si esos 500 mil dólares que percibieron las SAD para supuestamente fortalecer su “Fútbol Joven” fue efectivamente invertido en los fines que se anunciaron? ¿No le llama la atención que esta triquiñuela del “Fútbol Joven” ha sido utilizada hasta el hartazgo por las Sociedades Anónimas que buscaban que fueran el Estado, y ahora último los municipios, quienes las financiaran, puesto que en este plano, está claro, les resulta extremadamente doloroso invertir ellos? ¿O es que las Sociedades Anónimas privilegiaron invertir en infraestructura por sobre sus series menores?

Respecto de esto último, ministra, usted, como personera destacada del gobierno que nos rige, debe saber de sobra que los flamantes estadios exhibidos durante la última Copa América fueron construidos exclusivamente con dineros estatales, a un costo cercano a los 200 millones de dólares, sin que ninguna SAD haya puesto un peso por escenarios que, a partir de ahora, van a ser utilizados exclusivamente por ellos.

Las Sociedades Anónimas Deportivas, presentadas como la gran solución, están resultando todo un fiasco. Ni resultados deportivos pueden exhibir.

Los tres últimos participantes nacionales en la Copa Libertadores (Colo Colo, Universidad de Chile y Palestino) fueron eliminados sin pena ni gloria en la fase de grupos. Las divisiones inferiores son incapaces de producir jugadores de nivel, y ahí están los continuos fracasos de las selecciones de menores en las competencias internacionales para ratificarlo.

¿Dónde está la generación de recambio de los actuales Campeones de América?

¿Cuál de estos clubes Sociedad Anónima (excepto O´Higgins y Universidad de Chile) puede exhibir siquiera la construcción de una nueva cancha, de nuevos vestuarios para sus chicos?

Curiosamente (o naturalmente), entre los regentes de los clubes no se advierte mayor preocupación. Hasta ahora, no se escucha ni un “mea culpa”.

¿Será que mientras para los accionistas los dividendos sean atractivos todo lo demás carece de la más mínima importancia?

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