Yves Rossy, de 54 años, ya ha hecho otros vuelos con el mismo dispositivo en el pasado, incluyendo un paseo por el Gran Cañón en Estados Unidos, y el Canal de La Mancha, que separa Francia de Gran Bretaña.
El expiloto y aventurero suizo ompletó un vuelo por los alrededores del Monte Fuji en Japón, con unas alas especiales que diseñó él mismo.
Las alas están hechas de fibra de carbono y son propulsadas por cuatro pequeños motores a reacción.
Con este artefacto Rossy, a quien se conoce como «Jetman», puede alcanzar velocidades de hasta 300 kilómetros por hora y volar por hasta diez minutos.
El vuelo lo hizo en nueve etapas entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre.
Para iniciarlo, Rossy salta desde un helicóptero y para aterrizar se vale de un paracaídas.
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