El arbitro y los asistentes notaron que el balón terminó afuera del arco, por lo que acordaron que nunca entró. Los jugadores del Sevestre no lo podían creer y se lanzaron a reclamar.
Pese al pataleo y los argumentos de los afectados, el árbitro no validó el gol y el partido siguió adelante. El marcador terminó 2 - 2 y ambos equipos llegaron al segundo lugar de la tabla con 19 puntos.
El "extraño" hecho no es algo nuevo, recordemos que algo similar ocurrió en 2013 cuando Stefan Kiessling, del Bayer Leverkusen, anotó ante Hoffenheim, pese a que la pelota entró por un costado del arco.