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Guerra en Irak: La comedia humanitaria en medio del desastre

El objetivo de esta guerra es no solo derrocar un Gobierno sino transformar a Irak. La población iraquí, incluso hasta jefes de los clanes que se oponen a Sadam Husein, siente que el país se les escapa de control.


La batalla está perdida aunque los medios locales se niegan a mostrar el avance de las fuerzas de ocupación y el nulo efecto de una resistencia que está siendo arrasada por las tácticas utilizadas por las tropas norteamericanas que entran disparando a todo objeto en movimiento.



En Irak, la gente está asustada. La diferencia de equipamiento de las tropas es abismal, aunque al primer instante de calma Interbombardeos, se alimenta el deseo de una reacción imposible.



Pero la guerra no solo es con armas sofisticadas e incesantes bombardeos y desplazamientos de pesada artillería terrestre. También se está llevando a cabo la ocupación del Irak con algo tan letal como las armas: el hambre y la falta de agua. Las fuerzas de ocupación han cortado líneas y fuentes vitales para la supervivencia. Esta opción estaba considerada dentro de los planes Pentágono si encontraban resistencia por parte de la población: destruir el sistema de abastecimiento construido por el partido Baas para reemplazarlo por la ayuda alimentaria y de medicamentos que entregarían las tropas de ocupación.



Pero mientras llegan estos enseres, las epidemias van a expandirse por la falta de agua y las latas temperaturas. En este panorama dantesco, los cuadros diarreicos entre la población, especialmente en los niños menores de tres años de edad, cobrará muchas vidas. "Mientras Irak no se estabilice desde el punto de vista militar, cualquier operación humanitaria de emergencia pierde eficacia", sostiene un oficial británico entrevistado por la BBC.



En estos momentos, son estas las mayores preocupaciones de las organizaciones humanitarias que aún permanecen en el Irak, como la Cruz Roja, la Media Luna Roja y las del propio gobierno iraquí.



Esta falta de estabilidad se debe a que las fuerzas de ocupación se han encontrado con la resistencia en la gente. Ya no es remotamente una fuerza liberadora. La "sumisión" de la población iraquí es temporal. Lo confirman los iraquíes que están cruzando la frontera a pesar de los EEUU se tiene tomada la frontera del Irak con Jordania en conjunto con tropas jordanas.



Las famosas banderas de recepción son en cambio rostros desconsolados. La banderas que portaban los soldados de la ocupación, han servido para tapar heridas y protegerse del polvo. Todo el esfuerzo mediático de los EEUU y del Reino Unido que continua incesante para demostrar a la opinión pública que son liberadores, ha perdido toda credibilidad.



Si bien Sadam no es el más popular de los líderes, la gente se esta protegiendo y las imágenes que vemos son de niños desconcertados que observan el avance de tropas sin resistencia para las fotos y las cámaras de televisión, como si fueran actores de Hollywood. Son pasajes grotescos de un episodio amparado por la inmovilidad del organismo responsable de detener la parodia de la guerra: la venerable y desprestigiada la Organización de Naciones Unidas.



La ONU no aparece



El señor Kofi Annan ha sido objeto de fuertes críticas por parte del gobierno de Irak al acceder al retiro de los inspectores bajo la presión de los EEUU y el Reino Unido, y por suspender el programa "Food for Oil". Se entregaron argumentos de seguridad para retirar con celeridad las operaciones sustantivas de la ONU de Irak, pero nadie dijo que la guerra estaba autorizada, con tres países del Consejo de Seguridad, en la práctica, desautorizándola.



Fue un cheque en blanco que el Secretario General le entregó a EEUU y el Reino Unido para que, a vista y paciencia del organismo, invadieran un territorio soberano. Frente a ello, los iraquíes han tomado las armas y la resistencia no ha sido solo de la fuerza republicana leal a Sadam, pero todo está perdido, ya no importa que Husein arengue a sus tropas, la defensa es imposible. En tanto, en el frente mediático, los medios occidentales, con la exclusión de los de Francia, están en la sintonía con la caída del régimen. En ambos escenarios, las únicas víctimas de esta maquinaria bélico-propagandística son los propios iraquíes.



El poder relativo de las armas



Nunca antes una guerra que se denomina de "liberación", había mostrado los rasgos de una invasión típica de la edad media. El objetivo es hacer capitular un fuerte con un cerco de tropas y armamentos por los cuatro puntos cardinales. Mientras esto ocurre, se dispersa una fuerza de resistencia que algunos llaman de guerrillas, pero no es exactamente eso.



Tal como se presentía que la guerra iba a ser inevitable en medio de las inspecciones, en enero y febrero, la caída del gobierno es una cuestión de días o semanas. El Jefe de la Oficina de la BBC para el Medio Oriente, Andrew Steele, nos dice: "Unos hablan que es cuestión de meses, otros de días, y se equivocaron. Yo pienso que es algo intermedio, de semanas, pero muy pocas".



La planificación y los pronósticos en esta desigual guerra han fallado. La única apuesta que queda en pie es el paulatino desgaste de la resistencia. Un especialista británico en operaciones de emergencia, señala que nunca en los anales de las guerras modernas se había utilizado como método el cortar las líneas de abastecimiento de la población civil, solo por no mostrarse receptivos a la entrada de las tropas invasoras. Ni en Kosovo, Bosnia o Herzegovina. Ni siquiera en Afganistán, se destruyó tanta infraestructura. Como si la operación estuviera hecha a propósito para estimular un fuerte movimiento financiero y de negocios en la reconstrucción.



Una fuerza que entra bajo una operación que se llama "Derechos y Libertad", cuando es rechazada por la población, (testimonios directos y otros aparecidos en el International Herald Tribune) es una fuerte señal de que estamos frente a una operación con fallas humanitarias de origen.



Por el contrario, los iraquíes han mostrado una actitud desafiante dentro del pánico. Se constata que las tropas que asolaron las zonas urbanas en ciudades como Mosl, Naziriya, Basora, manifiestan una profunda desconfianza del futuro.



El incidente del soldado norteamericano que lanzó una granada a un dormitorio lleno de compañeros, el día 23 a las 1 a.m., cuyos detalles no han sido revelados, es una advertencia de las fallas humanitarias de la operación.



Ante la resistencia que no esperaban por parte de la gente, otra falla en el sistema de información de este episodio, fuentes informativas en los EEUU y el Reino Unido, comienzan otra vez a expresar la inquietud sobre la sorpresa que Sadam tiene preparada. No sería su capitulación voluntaria, sino la utilización de las armas químicas que los inspectores no revisaron.



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