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Nepal llora a Hillary, el escalador que puso al país en el mapa del mundo

En el país asiático el fallecimiento del neocelandés causó un gran impacto, considerando que visitaba cada año el país para observar las actividades del Trust Himalayo, sociedad que él mismo fundó paraconstruir escuelas y hospitales, y de llevar servicios básicos a los «sherpas» del Everest.


La muerte de Edmund Hillary, el primer hombre en escalar el Everest junto al «sherpa» Tenzing Norgay, dejó desolados a los nepalíes, que le agradecen el haber situado al país del Himalaya en el mapa del mundo.



El aventurero Edmund Hillary falleció este viernes a los 88 años de edad en su país natal, Nueva Zelanda, tras haberse granjeado el reconocimiento internacional por haber sido el pionero en escalar la cumbreo más alto del mundo en 1953 y por su espíritu cooperante.



Pero en Nepal, la figura de Hillary se acerca al mito: el montañista visitaba cada año el país, para observar sobre el terreno las actividades del Trust Himalayo, una sociedad que él mismo fundó con la misión de construir escuelas (un total de 27) y hospitales, y de llevar servicios básicos a los «sherpas» del Everest.



«Él era un héroe. Su paso ha cerrado una época», aseguró en Katmandú al conocer su muerte el ministro de Turismo nepalí, Prithivi Subba Gurung.



La mayoría de los nativos que se formaron en las escuelas que construyó la fundación de Hillary han sido los responsables de que el negocio del montañismo nepalí floreciera y, de hecho, el Everest no podría ser escalado sin el concienzudo trabajo que desarrollan.



Tan crucial es el papel de los «sherpas» para los aventureros que se lanzaban a escalar el Everest, que su nombre ha pasado a designar a los guías que acompañan a los montañeros y les ayudan en su ascenso.



«Nepal ha tenido la suerte de que alguien como Hillary fuera la primera persona en escalar el Monte Everest. Abrió Nepal al turismo», declaró la ex ministra de Turismo Yangkila Sherpa.

Lord Hillary viajó por todo el mundo hablando de Nepal y de las necesidades de la población «sherpa», y recaudando fondos para construir escuelas y hospitales como el de Kunde (1966), el primero a una altitud de 4.000 metros.



«Él siempre hablaba bien de Nepal. Incluso cuando los otros gobiernos decían que era un lugar inseguro para viajar, él animaba a la gente a que viniera», destacó Ang Rita Sherpa, encargado de supervisar el día a día del Trust Himalayo.



Rita fue una de las primeras personas que se formó en las escuelas fundadas por Hillary, y luego se desplazó a Myanmar a estudiar medicina aconsejado por el neozelandés, aunque los conflictos de ese país asiático en los setenta le obligaron a regresar.



«La sostenibilidad era un tema clave que le preocupaba. Incluso estaba preocupado por la polución en las montañas», añadió Rita.



Hillary animaba a los estudiantes a tener formación forestal y a proteger sus bosques y su patrimonio natural, como recuerda el sherpa -y doctor académico- Lakpa Norbu, que asegura que fue el escalador quien ayudó a levantar el parque Nacional de Sagarmatha (Everest en nepalí), en 1970.



Su preocupación por la naturaleza fue compatible con su voluntad de desarrollar la zona, como lo demuestra el hecho de que Hillary luchara por la construcción de un aeropuerto en Lukla, principal centro del senderismo en el Everest, en 1964.



La existencia de ese aeropuerto evita que todo el material de los montañeros tenga que ser transportado durante 18 días desde la carretera más próxima hasta la zona de senderismo.



El aeropuerto y el negocio de la escalada supusieron una transformación total de la zona, en la que cientos de miles de personas trabajan en alguna actividad relacionada con el montañismo, según Yangkila Sherpa.



Las acciones de Hillary han dado sus frutos, y en la actualidad decenas de miles de turistas viajan todos los años al Everest en busca de aventuras, para pasear o para escalar las montañas de la zona, aunque el aventurero siempre estuvo preocupado por el impacto de la masificación.



«Siempre sostuvo que la gente debería escalar por placer», concluye Rita.



Por placer y con limpieza: en la actualidad, el Gobierno de Nepal exige a los equipos de escalada que entreguen un depósito de basura con los tanques de oxígeno y el resto de desperdicios generados durante el ascenso al techo del mundo.



EFE

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