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Israel y ANP acuerdan tratar temas fundamentales bajo absoluto mutismo

Negociación sobre las fronteras de un futuro Estado palestino, el estatus de Jerusalén y el problema de los refugiados será así tratada lejos de la luz de los focos ante la tensión que genera en amplios sectores tanto israelíes como palestinos.


Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) acordaron hoy, en su primera ronda de negociaciones sobre los asuntos centrales del conflicto que les enfrenta, mantener el actual proceso de paz alejado de la prensa.



La negociación sobre las fronteras de un futuro Estado palestino, el estatus de Jerusalén y el problema de los refugiados será así tratada lejos de la luz de los focos ante la tensión que genera en amplios sectores tanto israelíes como palestinos.



El nuevo tono que tendrá el actual proceso de paz fue adelantado por la jefa del equipo negociador de Israel, la ministra de Exteriores de este país, Tzipi Livni, antes de reunirse esta mañana en un hotel de Jerusalén con Ahmed Qurea, su interlocutor palestino y asesor del presidente de la ANP, Mahmud Abás.



Antes de la cita, Livni recordó que «la experiencia en el pasado prueba que las conversaciones mantenidas frente a las cámaras causan situaciones extremas, provocan declaraciones retorcidas y elevan las expectativas, decepciones y eventualmente la violencia».



Livni se refería a anteriores negociaciones entre israelíes y palestinos, como las celebradas en Camp David (EEUU) en julio de 2000 y en Taba (Egipto) en enero de 2001, cuyo fracaso se atribuye, en parte, a que se desarrollaron en medio de una gran publicidad.



«Si tuviera que elegir entre un gran titular diario y resultados, elijo lo segundo», dijo la titular de Exteriores israelí.



El portavoz de ese Ministerio, Arye Mekel, confirmó que israelíes y palestinos «han comenzado a hablar sobre las cuestiones fundamentales», y se limitó a indicar que las partes tienen previsto reunirse una vez a la semana.



Por su parte, Saeb Erekat, miembro de la delegación palestina y asesor de Abás, declaró a Efe tras el encuentro que ambas partes acordaron no facilitar ningún tipo de información a los medios sobre las cuestiones abordadas en las negociaciones.



Ante este mutismo lo único seguro sobre el contenido de la reunión fue el anuncio realizado ayer por el propio Abás de que los negociadores de las dos partes analizarían seis puntos, entre ellos el futuro de Jerusalén y de los asentamientos de Cisjordania, los refugiados y las fronteras del Estado palestino.



«Si llegamos a un acuerdo sobre estos asuntos, habrá tratado», afirmó Abás a un grupo de periodistas en la ciudad cisjordana de Ramala al anunciar el comienzo de la negociación de paz que se acordó en noviembre en la Conferencia de Annapolis (EEUU).



Esa conferencia se celebró bajo los auspicios del presidente estadounidense, George W. Bush, que la pasada semana visitó la zona para impulsar un proceso cuyo mayor peso negociador corresponderá a Livni y Qurea pero que será supervisado cada dos semanas por Abás y el primer ministro israelí, Ehud Olmert.



Tras el pistoletazo de salida a las negociaciones políticas, Livni y Qurea deberán ahora transferir los asuntos debatidos a subcomisiones de expertos que abordarán los aspectos técnicos de un acuerdo de paz que Bush confía que pueda concluirse en un año, antes de que abandone la Casa Blanca en enero de 2009.



Analistas políticos y participantes en anteriores negociaciones entre israelíes y palestinos advierten de que para lograr ese objetivo es vital el establecimiento de «canales secretos» que garanticen el avance de un proceso que auguran largo y complicado.



Mientras, bajo el lema de «Un Acuerdo en el plazo de un año», la plataforma palestino-israelí de la «Iniciativa de Ginebra» concluye hoy en Herzliya, al norte de Tel Aviv, un foro de dos días que analizó aspectos relacionados con las actuales negociaciones.



En ese foro los expertos hablaron de la necesidad de abrir canales paralelos a las negociaciones en curso, para generar nuevas ideas, apoyar las conversaciones oficiales, sondear a la otra parte y calibrar alternativas en un marco de absoluta confidencialidad.



EFE

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