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Muere cuestionado sacerdote fundador de los Legionarios de Cristo

Los últimos meses de vida de Marcial Maciel estuvieron marcados por el castigo que en mayo del pasado año le impuso el Vaticano, tras recibir denuncias de que el clérigo abusó sexualmente de seminaristas durante décadas.


El sacerdote Marcial Maciel, fundador de la congregación de Los Legionarios de Cristo, falleció a los 87 años, confirmaron fuentes del Arzobispado de Ciudad de México.



El deceso de Maciel se produjo el 30 de enero en Estados Unidos, precisó un escueto mensaje aparecido este jueves en la página web de los Legionarios y firmado por Álvaro Corcuera, director general de la congregación.



El funeral del religioso se celebrará «en un clima de oración de forma sencilla y privada», agregó el mensaje, sin precisar dónde se llevará a cabo.



Los últimos meses de vida de Maciel estuvieron marcados por el castigo que en mayo del pasado año le impuso el Vaticano, tras recibir denuncias de que el clérigo abusó sexualmente de seminaristas durante décadas.



En mayo de 2006 el papa Benedicto XVI decidió imponer un severo castigo a Maciel, al exigirle la renuncia «a todo ministerio público» y ordenar que llevara una vida retirada, de rezos y penitencias.



Nacido el 10 de marzo de 1920 en el seno de una familia de fuerte raigambre católica, Maciel fundó el 3 de enero de 1941 la congregación los Legionarios de Cristo, que cuenta con presencia en cuatro continentes.



Para ello fue fundamental el apoyo del papa Pío XII, quien permitió en 1948 la constitución de la orden que tendría el encargo expreso del pontífice de dedicarse a la formación de líderes.



En 1959 el sacerdote mexicano creó el movimiento de apostolado seglar Regnum Christi, otra de sus destacadas obras pastorales.



Ya en esos años se registraron denuncias sobre supuestos abusos sexuales a seminaristas en el Vaticano, lo que provocó la apertura de un proceso canónico en su contra.



La congregación que fundó es considerada actualmente una de las más conservadoras de la Iglesia Católica, enfocada desde el principio a la predicación del Evangelio, la formación integral de los niños y jóvenes, la defensa de los valores familiares y la ayuda a los pobres.



La orden siempre defendió a su fundador y consideró las denuncias en su contra «calumniosas y humillantes para un incansable e incomprendido trabajador pastoral».



La congregación tiene unos 500 sacerdotes y más de 2.000 seminaristas y administra centros educativos en Brasil, Chile, México, Venezuela, España, Estados Unidos, Irlanda, Italia y otros países.



El religioso mexicano estuvo muy cerca del papa Juan Pablo II, fallecido en abril de 2005 y quien llegó a ponerlo como «ejemplo del trabajo pastoral en favor de la expansión del Reino de Dios».



Denunciante: Murió sin dar la cara



El mexicano José Barba, quien encabezó una denuncia por pederastia contra Marcial Maciel, afirmó que el fundador de los Legionarios de Cristo en 1997, «ha muerto sin dar la cara» en los casos de pederastia detectados en la orden católica.



El ex seminarista, dedicado actualmente a labores académicas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), dijo a Efe que una persona como Maciel «no podía salir por la puerta grande».



Barba promovió el 23 de febrero de 1997 una denuncia por presuntos abusos sexuales de Maciel, que culminó en un castigo ejemplar del Vaticano contra el religioso dictado el 19 de mayo de 2006.



Horas después de que se confirmara la muerte de Maciel, Barba sostuvo que la desaparición del religioso «va a dejar un problema histórico nacido de la ambigüedad» en el seno de la congregación de los Legionarios.



Según el ex seminarista, quien denunció haber sido víctima directa de abusos de Maciel, la Iglesia y la orden religiosa siguen propiciando un «encubrimiento institucional» de los casos de pederastia.



El activista, quien actualmente enfrenta en EEUU una demanda de los Legionarios en contra del grupo ReGain, que trata de destapar la manipulación en esa congregación, recordó que en el caso que impulsó no hubo nunca «deseo de venganza» sino un ánimo de denunciar lo sucedido «por obligación moral y eclesial».



Barba instó a la congregación, que dirige el sucesor de Maciel, Álvaro Corcuera, a «encontrar la verdad» en relación con los presuntos abusos de algunos de sus miembros. «Los Legionarios tienen mucho que rehacer. Hay un nido (de abusadores) allí. Ellos tienen que purificarse», agregó.



EFE



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