Lo crucial de su visita a Tokio será «recuperar la agenda» a partir del distanciamiento entre los dos países por la presencia del ex presidente peruano Alberto Fujimori entre 2000 y 2005, cuando Perú lo reclamaba por varios delitos de corrupción y lesa humanidad.
El presidente de Perú, Alan García, partirá el sábado de madrugada hacia Tokio para sendas visitas oficiales a Japón y China con el propósito de «recuperar la agenda» con los dos gigantes asiáticos.
Así describió este viernes el ministro peruano de Relaciones Exteriores, José Antonio García Belaúnde, el propósito de esta gira, considerada una de los más importantes desde que líder del Partido Aprista Peruano (PAP) asumió la Presidencia en julio de 2006.
La trascendencia se traduce en la gran comitiva que acompañará al presidente: cuatro ministros (Exteriores, Agricultura, Energía y Vivienda), un viceministro (Pesca) y una veintena de empresarios.
Su primera escala será Japón, donde permanecerá desde el domingo, 16 de marzo, hasta el martes, 18, para posteriormente viajar a China hasta el jueves, día 20.
En ambos países será recibido por las más altas autoridades, incluido el Emperador de Japón, Ahikito, y el presidente chino, Hu Jintao.
«El presidente va a tener una entrevista con el primer ministro, va a ser agasajado por el emperador y vamos a revisar la Comisión Empresarial peruano-japonesa, un buen vehículo para promover las inversiones», explicó el canciller a la Cadena Peruana de Noticias (CPN) en alusión a la primera escala del viaje.
Pero lo crucial de su visita a Tokio será «recuperar la agenda» a partir del distanciamiento entre los dos países por la presencia del ex presidente peruano Alberto Fujimori entre 2000 y 2005, cuando Perú lo reclamaba por varios delitos de corrupción y lesa humanidad.
«Es un viaje importante, es dar vuelta a la página. A partir del caso Fujimori, la relación con Japón se fujimorizó», reconoció el jefe de la diplomacia peruana.
Y es que cuando Fujimori huyó de Perú y se refugió en Japón, amparado en su también nacionalidad nipona, las relaciones entre los dos países se paralizaron porque las autoridades de Tokio nunca respondieron a los pedidos de extradición presentados desde Lima.
Las relaciones entre Perú y Japón se normalizaron a partir de la toma de posesión de Alan García, paradójicamente un perseguido del régimen fujimorista pero quien hoy día no tiene reparos en aliarse con las fuerzas de su antiguo enemigo político en el Congreso.
Actualmente, Alberto Fujimori, quien gobernó Perú entre 1990 y 2000, está siendo procesado en Lima después de que en septiembre de 2007 la justicia chilena diera luz verde a su extradición casi dos años después de que llegara a Santiago procedente de Japón.
Así, la normalización de relaciones entre Perú y Japón quedará sellada durante los agasajos que recibirá García por parte del Emperador Akihito y en su reunión con el primer ministro nipón, Yasuo Fukuda.
Pero esta visita, según el canciller García Belaúnde, también servirá para revisar las relaciones económicas.
«Las cosas están más maduras para un acuerdo comercial, esperaremos que para fin de año, con motivo de APEC, podamos sacar conclusiones sobre negociaciones de comercio», matizó en alusión a la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico que se celebrará en Lima en noviembre próximo.
En cuanto a su escala china, García también espera reforzar los lazos políticos, pero sobre todo económicos, teniendo en cuenta las vigentes negociaciones entre los dos países para la consecución de un Tratado de Libre Comercio (TLC).
«En el caso de China es recuperar una agenda que había tenido sus tropiezos, no de la misma magnitud (que con Japón), pero si había tenido tropiezos», aseveró el titular peruano de Exteriores.
En Pekín, Alan García será recibido por el presidente chino, Hu Jintao, el primer ministro, Wen Jiabao, y altos representantes del Partido Comunista chino y la Asamblea Popular, así como por empresarios interesados en invertir en el país andino.
China es el segundo socio comercial de Perú con un intercambio de productos que alcanzó los 5.292 millones de dólares en 2007, mientras que Japón es el cuarto socio, con una balanza comercial de 2.900 millones de dólares también 2007, un 61 por ciento más que en el año precedente.
EFE