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Benedicto XXI se reúne en EE.UU. con víctimas de sacerdotes pedófilos

El Papa se juntó este jueves por sorpresa en la capilla de la nunciatura de Washington con un pequeño grupo de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Estados Unidos. El escándalo que costó a las diócesis norteamericanas 2.000 millones de dólares en indemnizaciones, se convirtió en una crisis explosiva cuando quedó al descubierto la complicidad y la protección que la jerarquía eclesiástica brindó a los religiosos involucrados.


En su primera visita a Estados Unidos como Sumo Pontífice, Benedicto XVI se hizo eco del clamor de la feligresía católica estadounidense que ha pedido insistentemente al Vaticano involucrarse más en las miles de denuncias por violaciones y abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes que, supuestamente, debían protegerlos.



La reunión no se había incluido en el programa del Papa durante su viaje a Estados Unidos, que emprendió el pasado 15 de abril y concluirá el día 20, sin embargo las familias de las víctimas habían pedido con insistencia poder ser recibidas por Benedicto XVI.



El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que el grupo estaba formado por cinco personas adultas, hombres y mujeres, y estuvo acompañado por el cardenal Sean O’Malley, el arzobispo de Boston, una de las ciudades más afectadas por los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes.



El grupo llegó a las 16.15 hora local (22.15 GMT) a la sede de la nunciatura de Washington, donde por estos días reside el Papa, con quien rezaron una plegaria.



En la oportunidad cada una de las víctimas pudo intercambiar algunas palabras con el Papa. "Fue un momento de gran conmoción y a algunos de ellos se les escaparon las lágrimas mientras contaban sus historias personales", señaló Lombardi.



Benedicto XVI les escuchó y «después les dedicó palabras de aliento y de esperanza», a la vez que les aseguró oraciones «por sus familias y por todas las víctimas de abusos sexuales».



El cardenal O’Malley entregó una lista al Papa con los nombres, sin los apellidos, de más de mil personas que han sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes de la diócesis de Boston, para que «rece por ellos».



Durarte su visita a Estados Unidos el Papa calificó de «vergüenza» y expresó su dolor y sufrimiento por los casos de pederastia entre los sacerdotes estadounidenses, al tiempo que les recriminó por haber gestionado «pésimamente» el asunto.



El silencio de la Curia



Como en la mayoría de los casos de pedofilia, durante años aquellos que sufrieron el acoso de sacerdotes no fueron escuchados y sus demandas eran acalladas, archivadas o solucionadas en la mayor discreción, mientras los curas cuestionados eran trasladados de parroquia en parroquia.



A inicios del 2002, el cardenal Bernard Law, entonces arzobispo de Boston reconoció haber encubierto a un cura culpable de acosos sexuales, lo cual generó una gran conmoción en la sociedad estadounidense.



De ahí en adelante las demandas se multiplicaron. Según la organización «Bishop accountability» (La responsabilidad de los obispos) unos 3.000 sacerdotes, de un total de 42.000 en Estados Unidos, fueron denunciados.



Incluso algunos de ellos fueron llevados ante la justicia y condenados, a veces por casos de manoseos a decenas de niños. Igualmente otros se beneficiaron con la prescripción de los hechos, que en algunos casos datan de 1940 y se dieron a conocer en su mayoría entre 1960 y mediados de 1980.



Sin embargo las víctimas se volvieron contra la propia Iglesia Católica acusándola de complicidad.



Por EFE y El Mostrador.cl

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