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Hamás detiene más de 100 miembros de Al Fatah tras siete muertos

Desde que el grupo tomó el control de la franja, Gaza ha sufrido pequeños ataques con bombas artesanales contra cibercafés, centros de la pequeña comunidad cristiana o populares lugares de recreo.


Hamás, el movimiento que controla Gaza, detuvo en la franja a más de cien miembros de su facción rival, Al Fatah, tras culparla de tres atentados que causaron la muerte a cinco de sus milicianos, una niña y un transeúnte, informaron fuentes de la segunda formación.



Las fuerzas de seguridad de Hamás lanzaron una redada contra partidarios, oficinas y organizaciones caritativas vinculadas a Al Fatah, el partido del presidente palestino, Mahmud Abás, donde han sido confiscados documentos y ordenadores.



Un portavoz de Al Fatah en Cisjordania, Ahmed Abdel Rahman, condenó los atentados -que atribuye a rencillas internas en el movimiento islamista – y «todas las subsiguientes e irresponsables medidas tomadas por los golpistas» contra su movimiento.



Entre los detenidos figura un coronel que trabaja en los servicios de inteligencia leales a Abás y un camarógrafo de la televisión alemana ARD, Sawah abú Saif.



Al amanecer, miembros del servicio de seguridad interior de Hamás irrumpieron en la casa de Abú Saif, incautando su teléfono móvil y su computador portátil, y se lo llevaron arrestado, explicó su familia.



Por su parte, Ihab Naser, el director de una de las instituciones de caridad afectadas, la Sociedad del Norte para el Desarrollo Social, manifestó su sorpresa por la redada policial en sus oficinas.



«Es una organización sin ánimo de lucro que nada tiene que ver con la situación política» y organiza un campamento de verano para niños con el apoyo de Naciones Unidas, dijo Naser.



También penetraron en las oficinas de Ziad abú Amr, un diputado independiente que Hamás había apoyado en las elecciones de enero de 2006, en las que derrotó a Al Fatah.



Las fuerzas de Hamás entraron en su oficina, confiscaron sus pertenencias y su automóvil, relató el congresista al denunciar esta «vulneración» de su «inmunidad parlamentaria».



Según fuentes próximas al diputado, Abu Amr se volvió más leal a Al Fatah desde que Hamás se hizo por la fuerza con el control de Gaza en junio de 2007.



La redada empezó poco después de que, tras el anochecer, una potente bomba colocada debajo del automóvil de un miembro del brazo armado de Hamás, las Brigadas de Azedín al Kasam, matara el viernes a cinco miembros de esta milicia y a una niña de ocho años que hacían pic-nic en una playa al este de la ciudad de Gaza.



El vehículo estaba estacionado justo detrás de una pequeña tienda de campaña donde se encontraban los cinco miembros de Hamás.



La explosión causó además decenas de heridos, uno de los cuales se convirtió de madrugada en la sexta víctima mortal del atentado.



Ese mismo día, a primera hora, un grupo de desconocidos había hecho explotar en cuestión de minutos una bomba frente a la casa de Maruán abú Ras, un líder de Hamás en Gaza, y otra en una céntrica cafetería de Gaza, que mató a un transeúnte.



El Ejército israelí negó toda vinculación con estos sucesos, calificados de extraños, desde que Hamás domina la franja.



«El objetivo de estos ataques es devolver a Gaza a la situación de caos y desorden que dominaba la zona antes de Hamás tomara su control», aseguró anoche en un comunicado el Ministerio de Interior del Gobierno de facto en la franja del movimiento islamista.



Su portavoz, Islam Shahwan, indicó que sus autores serían arrestados «en horas» y que las detenciones eran fruto de una investigación sobre los incidentes.



Para Jalil al Hayia, un líder de Hamás, los responsables son grupos palestinos «que colaboran con el enemigo» (Israel) para «minar la seguridad del pueblo palestino».



Desde que Hamás tomó el control de la franja, Gaza ha sufrido pequeños ataques con bombas artesanales contra cibercafés, centros de la pequeña comunidad cristiana o populares lugares de recreo.



Hamás acusó a Al Fatah de estar tras algunas de estas acciones, bien para arreglar cuentas pendientes, bien para dar al exterior una imagen de Gaza como un lugar de persecución religiosa en manos del movimiento islamista.



EFE

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