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Policía vigilará favelas de Río para que narcos no interfieran en elecciones

«No necesitamos al Ejército en este momento, sino usar la inteligencia para verificar y estudiar los problemas que están ocurriendo», comentó el presidente del tribunal electoral, Roberto Wider, en declaraciones a la agencia Brasil (oficial).


La Policía Federal brasileña reforzará la vigilancia en las favelas de Río de Janeiro para garantizar que narcotraficantes y paramilitares no interfieran en las elecciones municipales de octubre, informaron este martes fuentes oficiales.



El presidente del tribunal electoral de Río, Roberto Wider, confirmó la participación de este cuerpo policial, pero descartó la utilización del Ejército, como habían sugerido algunas autoridades después de que se destapara que los narcos y los paramilitares están extorsionando a los votantes en favor de sus candidatos.



«No necesitamos al Ejército en este momento, sino usar la inteligencia para verificar y estudiar los problemas que están ocurriendo», comentó el presidente del tribunal electoral en declaraciones a la agencia Brasil (oficial).



«Decidimos formar un grupo de trabajo que reúna a las policías Civil, Militar y Federal, que van a trabajar en conjunto, informando a la Justicia Electoral», explicó Wider.



Para el funcionario, el trabajo de la policía no puede ser ni «de enfrentamiento ni de muertes».



«No vivimos un estado de excepción. Continuamos dentro de un estado de derecho. Tenemos irregularidades que serán solucionadas», puntualizó.



Wider se reunió este martes con los dirigentes regionales de la Policía Federal y con la cúpula de las policías Militar y Civil del estado, con quienes acordó poner en marcha este operativo.



El tamaño del contingente de la Policía Federal que vigilará las favelas será definido en una reunión que Wider mantendrá mañana en Brasilia con el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Carlos Ayres Britto, quien calificó la situación de Río como «preocupante».



En octubre, los brasileños elegirán a alcaldes y concejales de cerca de 5.500 ciudades, en unos comicios que serán clave para conformar el mapa político de cara a las presidenciales de 2010.



Las denuncias de extorsión y amenazas a los electores en la segunda mayor ciudad de Brasil las destapó la semana pasada el diputado Raúl Jungmann, que aseguró que en Río «las personas no pueden escoger quiénes son sus representantes».



Según Jungmann y tal como ha corroborado la policía local, los narcotraficantes están imponiendo a los vecinos de las barriadas pobres de Río que voten por sus candidatos para la alcaldía y para la cámara de concejales.



En alguna de estas favelas, en las que los traficantes han sustituido el poder del estado por las armas, se ha llegado a denunciar amenazas de muerte a los vecinos en caso de que no salgan elegidos los candidatos que apoyan las bandas de delincuentes.



EFE

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