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Evo Morales denuncia que oposición recurrió al soborno

El mandatario indígena reveló hoy su denuncia dentro de una serie de ejemplos de las «mentiras, acusaciones y ofensas» que, según dijo, le han dirigido sus opositores y los medios de comunicación a lo largo de su trayectoria tanto sindical como política.


El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció hoy que un parlamentario opositor recurrió al soborno para intentar implicarle en el atentado con dinamita cometido en junio contra un canal de televisión de la localidad tarijeña de Yacuiba (sur).
«Un parlamentario de Podemos (Poder Democrático y Social, derecha) ofreció plata al padre del teniente detenido para que el teniente acuse al Evo Morales de haberle enviado» al lugar del atentado, dijo el presidente en una conferencia de prensa con medios internacionales.



Morales no ofreció más detalles sobre esta acusación, aunque dijo que el asunto «pronto saltará a la opinión pública» y destacó que está investigando «personalmente» los hechos.



El pasado 21 de junio, en Yacuiba, las instalaciones de un canal de televisión crítico con el Gobierno fueron objeto de un ataque con dinamita, en vísperas del referendo autonomista del departamento de Tarija, fronterizo con Argentina.



El principal acusado de este ataque, que solo causó daños materiales, es el oficial de Ejército George Peter Nava Zurita, detenido en esa región.



En el momento de la detención, Nava portaba credenciales supuestamente otorgadas por el Palacio de Gobierno y la seguridad del presidente Morales, pero el Gobierno ha negado varias veces que exista alguna relación entre el Ejecutivo y las acciones terroristas de las que se acusa al militar.



La Fiscalía y el Senado, controlado por la oposición, investigan el caso, que ha sido presentado por Podemos como una prueba de que el Gobierno y el propio Morales estarían involucrados en terrorismo de Estado.



El mandatario indígena reveló hoy su denuncia dentro de una serie de ejemplos de las «mentiras, acusaciones y ofensas» que, según dijo, le han dirigido sus opositores y los medios de comunicación a lo largo de su trayectoria tanto sindical como política.



Entre otros, recordó que le han tildado de «narcoterrorista» o «asesino», le han calificado como «el Bin Laden andino» y a sus compañeros cocaleros de «talibanes», y ahora, ya como presidente, le acusan de practicar «terrorismo de Estado».



Morales, que admitió que en otras épocas «botó lágrimas» por estas «ofensas», se mostró seguro de que ya nadie cree a los autores de estas acusaciones.

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