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Comienza juicio a popular sacerdote argentino por abuso sexual

En la década pasada el religioso se convirtió en el cura más conocido de Argentina, con numerosas apariciones en los medios de comunicación y acceso a importantes funcionarios y empresarios.



El popular sacerdote argentino Julio César Grassi, cuya fundación llegó a albergar más de 6.000 niños y adolescentes, comenzó este martes a ser juzgado a puertas cerradas, acusado de 17 hechos de abuso sexual y corrupción de menores.



«Vengo a buscar justicia. Hay sectores de la justicia que no actúan mal y yo creo en la justicia. Por eso estoy tranquilo», señaló Grassi antes de ingresar a los tribunales.



«Soy un pecador, pero estoy del lado de los buenos», manifestó Grassi, quien se ordenó sacerdote en 1987 y tres años después tuvo que abandonar el cargo de subdirector de un colegio salesiano de seminaristas por una denuncia sobre presunto acoso sexual.



El juicio en su contra, que durará más de tres meses, se inició con un pedido de nulidad del proceso presentado por la defensa de Grassi, que convocó a 303 testigos, de un total de 415 personas que desfilarán por los tribunales de Morón, situados a las afueras de Buenos Aires.



Entre los testigos convocados figuran el cardenal primado de Argentina, monseñor Jorge Bergoglio, el ex obispo Justo Laguna, el líder «piquetero» Luis D’Elía y los periodistas Miriam Lewin y Juan Miceli, ex conductores de «Telenoche Investiga», el programa televisivo que en 2002 desató el escándalo con una investigación que incriminaba como pedófilo al sacerdote salesiano, de 52 años.



Un cura influyente



En la década pasada el sacerdote se convirtió en el cura más popular de Argentina, con numerosas apariciones en los medios de comunicación y acceso a importantes funcionarios y empresarios.



Domingo Cavallo, ministro de Economía durante los gobiernos de Carlos Menem (1989-1999) y Fernando de la Rúa (1999-2001), por ejemplo, aportó 4,5 millones de dólares de fondos estatales en 1993 para crear la fundación Felices Los Niños, que llegó a integrar 52 hogares con unos 6.300 menores y adolescentes.



Bajo el paraguas de ésa entidad, que recibía abultadas donaciones, también funcionaban más de una decena de centros de día, nueve escuelas, seis comedores, 33 talleres de capacitación laboral y un centro de salud en 20 localidades del país suramericano.



El informe televisivo, no obstante, significó el ocaso de la popularidad de Grassi, quien fue detenido y procesado por abuso sexual agravado y por la corrupción de tres menores, que se encontraban a su cargo en la fundación sobre un total de 17 presuntos hechos delictivos que las leyes argentinas castigan con hasta 25 años de prisión.



Grassi fue posteriormente excarcelado y «ha gozado todos estos años de libertad absoluta donde incluso pudo haber incurrido en reiteración delictiva», según advirtió hoy el abogado Juan Pablo Gallego, integrante del Comité Argentino de Seguimiento de los Derechos del Niño y asesor de uno de los jóvenes que asegura haber sido abusado por el sacerdote.



EFE


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