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La sequía golpea a Argentina con la muerte de más de 400.000 vacunos

Las exportaciones agrarias y de alimentos de Argentina rondan los 35.000 millones de dólares anuales, más del 50 por ciento del total del país, el mayor proveedor global de aceites y harinas de soja y uno de los primeros en el renglón del trigo, maíz y girasol.


La sequía golpea a Argentina, con la muerte de más de 400.000 vacunos, perjuicios en el sector lechero y un fuerte freno a las siembras de trigo y girasol en algunas regiones.



«La situación es muy complicada. Es la peor sequía en muchos años. Y se presenta de manera generalizada en distintas zonas del país», advirtió este martes Omar Barchetta, secretario gremial de la Federación Agraria Argentina (FAA).



La entidad reclamó al Gobierno argentino que destine 500 millones de pesos (163,9 millones de dólares) para revertir los daños en el sector, que mantuvo este año un duro conflicto con el Ejecutivo de Cristina Fernández que derivó en protestas, bloqueos de rutas y problemas en varios sectores de la economía local.



El deceso de vacunos por la falta de agua se produjo en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco, La Pampa y Santiago del Estero, situadas en el centro y norte del país, mientras que la sureña Santa Cruz declaró el estado de emergencia agropecuaria por la sequía que la afecta desde hace varios meses.



«La ganadería afronta el peor panorama. No sólo han muerto miles de vacas, sino que en el sur del país también han tenido inconvenientes con el ganado bovino. Y no tenemos reservas de agua para afrontar la situación», manifestó el dirigente de la FAA.



Esta entidad tiene previstas en los próximos días movilizaciones y asambleas de productores para reclamar por esta situación.



Dirigentes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) confirmaron además que la falta de lluvias también afecta a la siembra de trigo y girasol.



Un informe de la Secretaría argentina de Agricultura indica que en el departamento santafesino de Nueve de Julio, por ejemplo, la siembra de girasol «es nula», mientras que en otras zonas «serán necesarios nuevos aportes hídricos» para mantener los cultivos.



A tono, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que «la reactivación de las precipitaciones está resultando sumamente lenta, por lo que una amplia extensión del área agrícola nacional sigue sin recibir alivio efectivo».



«La mayor parte del centro y el oeste del área agrícola corren el riesgo de ver demorada la llegada del muy necesario aporte de humedad que esperan sus suelos», sostiene el informe climático publicado esta semana por la entidad.



La sequía también afecta a la producción lechera, ya que la falta de agua se suma a la escasez de pasto para alimentar a los animales, señaló a la prensa local el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Néstor Roulet.



Frente a este panorama, Barchetta indicó que la falta de lluvias ya afectó la exportación de trigo y sostuvo que lo mismo puede suceder con la comercialización de otros granos.



Las exportaciones agrarias y de alimentos de Argentina rondan los 35.000 millones de dólares anuales, más del 50 por ciento del total del país, el mayor proveedor global de aceites y harinas de soja y uno de los primeros en el renglón del trigo, maíz y girasol.



«Con nuestro pedido (de 500 millones de pesos) queremos evitar que se profundice la recesión en muchas ciudades y pueblos, y que avance el desempleo en el sector rural», enfatizó el titular de la FAA, Eduardo Buzzi.



El dirigente advirtió además que la falta de precipitaciones, que provoca pérdidas millonarias, se suma al alza del precio de los insumos para el sector.



En algunas zonas, los productores decidieron mudar sus animales, transportar agua en camiones o realizar nuevas perforaciones pero, en otras, los escasos litros reunidos sólo permite abastecer el consumo humano.



En la provincia de Santa Cruz la falta de lluvias se suma a las temperaturas poco favorables en pleno invierno.



«La zona sufre desde hace varios meses el deterioro por los efectos de la sequía, sin evaluar el causado por las temperaturas ni las consecuencias de las variables derivadas del estado del suelo. Esto ha ocasionado pérdidas a los productores», indica la resolución del Parlamento provincial que declara el estado de emergencia agropecuaria en el departamento Deseado.



EFE

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