El aparato siniestrado pertenecía a la compañía privada Itek-Air y debía cumplir el vuelo de Bishkek a la ciudad iraní de Mashhad.
Un total de 65 personas murieron este domingo al estrellarse un avión Boeing-737 junto al aeropuerto internacional de Manás, en las afueras de la capital de Kirguistán, Bishkek, con destino a Irán.
Solo 25 personas sobrevivieron, según datos preliminares del departamento de Aviación Civil de esta república de Asia Central.
El departamento de Aviación Civil kirguís confirmó que el resto de un total de 90 pasajeros y tripulantes del avión han perecido en las llamas, que devoraron totalmente el aparato.
Fuentes del Ministerio de Sanidad comunicaron que las dos primeras ambulancias partieron del aeropuerto hacia la capital kirguís, Bishkek, con nueve heridos.
Al lugar del siniestro han sido enviadas «todas las 14 ambulancias» que había disponibles en la capital kirguís.
La portavoz del ministerio de Sanidad, Elena Bayalinova, dijo a la agencia rusa Interfax que, según los médicos de urgencias, en el lugar de la catástrofe hay muchos heridos con graves quemaduras.
Fuentes del ministerio de Situaciones de Emergencia de ese país de Asia Central informaron que durante el despegue del Boeing 737, con 90 personas a bordo, se produjo un fallo técnico.
El capitán de la nave decidió regresar al aeropuerto, pero durante el viraje el avión de desplomó sobre un campo labrado, ubicado junto a la localidad de Dzhangui-Dzher, cercana al aeropuerto.
Según fuentes de la terminal aérea citadas por Interfax, el aparato siniestrado pertenecía a la compañía privada Itek-Air y debía cumplir el vuelo de Bishkek a la ciudad iraní de Mashhad.
EFE
