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Alemania posee la primera planta del mundo que «entierra» el CO2

El objetivo es separar o «capturar» el dióxido de carbono generado durante este proceso, licuarlo y transportarlo a zonas de almacenamiento a cientos de metros bajo la superficie terrestre.



Se trata de la Schwarze Pumpe, ubicada en el norte de Alemania, que la próxima semana comenzará un proyecto piloto para capturar y almacenar CO2 en el subsuelo.



La miniplanta tiene una capacidad de 30MWe y está basada en la llamada tecnología de combustión oxifuel.



En ésta el carbón se convierte en calor por medio de oxígeno puro como oxidante para producir principalmente vapor de agua y dióxido de carbono.



Y el objetivo es separar o «capturar» el dióxido de carbono generado durante este proceso, licuarlo y transportarlo a zonas de almacenamiento a cientos de metros bajo la superficie terrestre.



En estos momentos hay una carrera internacional para el desarrollo de esta tecnología.
Y con la Schwarze Pumpe, Alemania está declarando, por ahora, su victoria.



Combustión oxifuel



El CO2 sabemos, es el gas contaminante que según los científicos es responsable del calentamiento global.



Es por eso que muchos gobiernos hoy en día consideran de vital importancia las nuevas tecnologías como la captura y almacenamiento de CO2.



Con ésta, afirman, se podrá asegurar el abastecimiento de energía y al mismo tiempo combatir los daños causados en el planeta por el cambio climático.



La base de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CAC) es la combustión oxifuel.



Ésta se lleva a cabo inyectando oxígeno puro en las calderas y después de ponerlas a funcionar se introduce el carbón mineral (lignito).



El resultado es calor, vapor de agua, y nueve toneladas de CO2 cada hora. Esto, afirman los expertos, será «un hito en la historia de las tecnologías limpias».



Debido a que el CO2 puede ser separado, licuado y reducido a 500 veces de su volumen original, se le podrá introducir en un cilindro y transportar a instalaciones ubicadas a un kilómetro bajo la superficie terrestre.



La idea es colocarlo en rocas porosas donde pueda permanecer hasta que la humanidad deje de temer las repercusiones del cambio climático.



El proyecto de 70 millones de euros está siendo financiado por la empresa sueca Vattenfall.

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