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Fidel Castro: «ayuda prometida por Estados Unidos es para espiar»

«Es obvio que el Gobierno de ese poderoso país no puede comprender que la dignidad de un pueblo no tiene precio», sostuvo el ex presidente cubano.



El ex presidente cubano Fidel Castro aseguró este miércoles que la ayuda de cinco millones de dólares prometida por el Gobierno de Estados Unidos para los damnificados de los huracanes que azotaron la isla en las últimas semanas no es para ayudar, sino para «espiar».



«Hablaron de aviones listos para partir con productos por valor de cinco millones de dólares; que no sería necesario evaluar, porque ya lo habían hecho por sus propios medios, que no pueden ser otros que los de espiar a nuestro país», dice el líder cubano en una columna de opinión divulgada por medios oficiales.



«Algunos en el Norte se desgañitaron gritando que era inconcebible el rechazo de Cuba» a la ayuda estadounidense, protesta el octogenario ex presidente.



«Esta vez sí que pondrían en aprietos a la revolución, pensaban; si se atrevían a rechazar la oferta, se buscarían problemas con la población», añade el ex presidente en su columna.



«Se creyeron -prosigue- que nadie había visto las imágenes divulgadas por la televisión de Estados Unidos cuando las fuerzas de ocupación de la ONU repartían alimentos en Haití a la población hambrienta que se los disputaba a través de una cerca de alambres de púa, dando lugar incluso a niños heridos».



El rechazo a la ayuda de cinco millones de dólares ofrecidos por Estados Unidos «no se hacía con altanería, porque no es el estilo de Cuba», asegura Fidel Castro.



«Es obvio que el Gobierno de ese poderoso país -continúa- no puede comprender que la dignidad de un pueblo no tiene precio. La ola de solidaridad con Cuba, que abarca a países grandes y pequeños, con recursos y hasta sin recursos, desaparecería el día en que Cuba dejara de ser digna».



Añade Castro -que no aparece en público desde hace dos años- que «se equivocan rotundamente los que en nuestro país se disgusten por ello», en aparente alusión a disidentes que pidieron a Washington y La Habana que depongan pugnas políticas y ayuden a los millones de damnificados de los ciclones.



El líder revolucionario dice que «la crisis económica que golpea a Estados Unidos, y como consecuencia a los demás pueblos del mundo, no tiene respuesta definitiva», y presume de que:, «en cambio, sí la tienen los desastres naturales en nuestro país y todo intento de poner precio a nuestra dignidad».



A su paso por Cuba entre el 30 de agosto y el 9 de septiembre, los huracanes «Ike» y «Gustav» dejaron siete muertos y decenas de heridos, arrasaron cientos de miles de hectáreas de cultivos, medio millón de viviendas y las infraestructuras del país, causando pérdidas calculadas en unos 5.000 millones de dólares.



EFE

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