«Los jugosos negocios reservados en exclusiva a los multimillonarios consisten en imponer desde el Norte un régimen internacional injusto de patentes y de control de tecnologías que bloquea el desarrollo económico y las políticas sociales en la inmensa mayoría de los países del Sur», denunció.
El primer vicepresidente de Cuba, Jose Ramón Machado Ventura, abogó este lunes en la ONU por un orden internacional «justo y equilibrado», cuyas principales claves sean la solidaridad y la cooperación.
Machado intervino en la reunión de alto nivel sobre «las necesidades de desarrollo de África», que se celebró al margen de los debates de la Asamblea General de la ONU que comienzan este martes con la participación de jefes de estado y de gobierno de 192 países.
Subrayó que Cuba ha desarrollado profundos lazos con África y que la cooperación con ese continente hace parte de la política exterior de su país, que siempre ha sostenido «firmemente y de manera desinteresada» a los países africanos en su lucha contra el colonialismo y el apartheid.
Precisó que en 2007, un total de 1.982 médicos y empleados sanitarios cubanos trabajaban en 35 países africanos.
Machado señaló que si Cuba puede llevar a cabo esas acciones de cooperación, los países del Norte que disponen de más recursos pueden hacer mucho más, pero les falta, dijo, voluntad política.
Asimismo, denunció las normas y condiciones «egoístas» que las grandes economías del Norte imponen al comercio, ahogando a las economías menos desarrolladas.
«Los jugosos negocios reservados en exclusiva a los multimillonarios consisten en imponer desde el Norte un régimen internacional injusto de patentes y de control de tecnologías que bloquea el desarrollo económico y las políticas sociales en la inmensa mayoría de los países del Sur», denunció.
Machado Ventura criticó también que Estados Unidos y Europa cierren las puertas a millones de personas del Sur que intentan emigrar en busca de mejores condiciones de vida y votan «directivas de retorno» que «violan los derechos más elementales de los emigrantes sin papeles.
EFE
