Publicidad

El gran triunfador

El mandatario ecuatoriano se mantiene como el principal gestor de lo que él llama «la revolución ciudadana» y más allá de su estilo, descrito por algunos como autoritario y confrontacional, es claro que la ciudadanía mantiene la confianza en su promesa de cambiar la manera de manejar el país.


BBCMundo.com

var _rsCI=»bbc»;
var _rsCG=»0″;
var _rsDN=»//secure-uk.imrworldwide.com/»;





Con la aprobación de la nueva Constitución en Ecuador hay un claro ganador: el presidente Rafael Correa, quien mantiene sus altos niveles de apoyo popular y que ahora se prepara para una nueva campaña electoral que lo puede mantener en el poder hasta el 2017.



Es la cuarta elección en menos de dos años en la que las tesis de Correa, y de su movimiento Alianza País, consiguen un apoyo contundente por parte del electorado.



El mandatario se mantiene como el principal gestor de lo que él llama «la revolución ciudadana» y más allá de su estilo, descrito por algunos como autoritario y confrontacional, es claro que la ciudadanía mantiene la confianza en su promesa de cambiar la manera de manejar el país.



Para Simón Pachano, coordinador del Programa de Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, la figura de Correa queda «evidentemente fortalecida».



«Creo que esto fue un triunfo fundamentalmente de él más que de una organización política, dado que casi no existe un partido político atrás de Rafael Correa, es un movimiento en donde tiene mucha fuerza su imagen personal, donde él juega el papel central», le dijo Pachano a BBC Mundo.



El liderazgo de Correa se está convirtiendo, según Pachano, en un fenómeno que no ocurría desde hace muchos años en Ecuador.



«Son situaciones casi inexplicables en las que se presentan liderazgos muy fuertes cada cierto tiempo en los países y en Ecuador no ha habido un liderazgo de esta naturaleza desde los años ’70 en que terminó la vida política de (José María) Velasco Ibarra, quien dominó el país por 40 años», opinó el analista.



Sin oposición



Esta no será la última batalla de Correa por convencer a los ecuatorianos de su proyecto político.



Una vez aprobada la Constitución se dará inicio al denominado Régimen de Transición, donde se establecerán las normas y reglamentos para aplicar la Carta Política y se llamará a elecciones para designar a todas las autoridades políticas, incluido el propio presidente de la República.



El presidente Correa dijo que no depende de él ser el candidato a la presidencia, aunque admitió que dentro de Alianza País es la figura que tiene «mayores posibilidades».



«Éste va a ser un período en el que vamos a tener más de lo que hemos visto en este tiempo, que es una campaña electoral permanente con el presidente de la República a la cabeza», opina Simón Pachano.



Y esta tarea, según el analista, no será difícil para el gobierno ecuatoriano «debido a la desaparición de los partidos políticos y la oposición».



«El gobierno ecuatoriano va a encontrar una situación más parecida a la venezolana en ese aspecto, en el sentido de que va a tener muy poca oposición y va a poder imponer su proyecto, no sólo constitucional, sino su proyecto de gobierno y sobre todo de conducción económica», afirmó.



De esta manera, y por la confianza ganada por el electorado, pareciera que el camino para la elección de Correa no tendrá muchos obstáculos por delante.



Falta de inversión



¿Quién puede detener a Correa? Para algunos analistas no existe quién pueda competir contra su liderazgo, lo único que pudiera afectarlo es que incumpla las promesas ofrecidas en su plan de gobierno o que el modelo económico y político planteado en la Constitución no dé el resultado esperado.



Blasco Peñaherrera, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Ecuador, cree que con la nueva constitución «será mucho más difícil hacer negocios en Ecuador o realizar actividades económicas particulares y las dificultades se trasladarán al aumento de los índices negativos económicos, de pobreza y de desempleo».



Peñaherrera opina que la aplicación del proyecto económico del gobierno provocará una eventual fuga de capitales y falta de inversión extranjera.



«A nuestro país en los últimos dos años no ha venido inversión extranjera alguna, de los US$2.000 millones que teníamos en 2006, tenemos hoy apenas US$200 millones de inversión extranjera, entonces no solamente es que los empresarios ecuatorianos van a buscar otros destinos para poder invertir con seguridad sino que los inversionistas extranjeros ya han dejado de invertir en el Ecuador. Sume lo uno más lo otro y tiene como resultante más pobreza, recesión y, finalmente, convulsión social», le dijo Peñaherrera a BBC Mundo.



Desdolarización



Otra amenaza para la popularidad del presidente ecuatoriano es que se vea obligado a tomar alguna medida impopular, como, por ejemplo, la desdolarización de la economía.



Para Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil y uno de los principales opositores al proyecto Constitucional, la falta de inversión, sumado a un exceso de gasto público para sustentar dicho proyecto, podría obligar al Estado a tomar la medida de desdolarizar la economía.



No obstante, el presidente Correa, aunque siempre se ha dicho contrario a la dolarización, ha asegurado que no saldrá de este sistema porque sería una medida impopular con un alto costo político.

Publicidad

Tendencias