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Crisis económica domina segundo debate presidencial de Estados Unidos

Durante el debate en la Universidad Belmont en Nashville, Tennessee, ambos candidatos (Barack Obama y John McCain), ofrecieron propuestas opuestas sobre cómo sanear la economía estadounidense, aquejada por un abultado déficit, el desempleo y una deuda nacional que ronda los 10 billones de dólares.



Los candidatos afirmaron que entienden la «frustración» de los ciudadanos con los políticos en Washington, pero discreparon sobre cómo resolver la crisis económica, que dominó el segundo debate presidencial de EE.UU.



En esta «asamblea popular», ambos candidatos respondieron a 80 votantes «indecisos» presentes en el recinto, además de contestar algunas de los seis millones de preguntas que los votantes sometieron a través de MySpace.



La mitad del debate giró en torno a la crisis económica, otros 15 minutos abarcaron temas de consumo interno, y los 30 minutos restantes fueron para la política exterior como Rusia, Pakistán e Irán, además de la lucha contra el terrorismo.



En ningún momento se mencionó América Latina o la reforma migratoria, dos asuntos sobre los que Obama y McCain han chocado en esta contienda.



Ataques



El encuentro, pensado para promover la espontaneidad, se convirtió en una repetición de los ataques mutuos y las propuestas de Gobierno enumerados durante la campaña.



Así, lejos de la frescura que se esperaba de la cita, ambos candidatos ofrecieron pocas novedades, pero sí mantuvieron el ataque.



En una ocasión, McCain se refirió a Obama como «ése», algo que sentó mal en la campaña del demócrata, que en los últimos días ha querido destacar el temperamento irascible del senador republicano.



Además de la crisis económica, también abordaron asuntos como la escasez de cobertura médica, la educación, la independencia energética, la guerra en Irak y el papel de EE.UU. en el mundo, en los que destacaron sus «desacuerdos fundamentales».



McCain, rezagado en las encuestas a raíz del descalabro del sistema financiero, insistió en que Obama busca elevar los impuestos y el gasto fiscal, una acusación constante de los conservadores contra la oposición demócrata.



El senador rechazó las críticas de Obama de que su política beneficiará a los ricos e insistió en que su propuesta para ayudar a los propietarios de viviendas está pensada para la clase media.



Pero, el candidato demócrata procuró durante todo el debate vincular a McCain con las «fallidas políticas económicas» del presidente George W. Bush, al afirmar que su propuesta fiscal beneficiaría a las grandes corporaciones y no a la clase media.



McCain «cree en la desregulación. Eso es lo que hemos visto en los últimos ocho años. No ha funcionado y necesitamos un cambio fundamental», planteó Obama.



Obama también recurrió a la ironía al contestar a la crítica de McCain de que él «no entiende» lo que está en juego.



EFE

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