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Segundo debate Obama y McCain: poco espontáneo y muy economico

Aunque se esperaba que debía promover la espontaneidad y el debate, el único cara a cara entre ambos candidatos realizado con la participación del público se caracterizó por la poca improvisación y mucho contenido económico. El hecho de que el moderador hiciera una selección previa de las preguntas quitó frescura y sorpresa al cuestionario, y obligó a los aspirantes a recurrir a las propuestas electorales, repetidas una y otra vez a lo largo de la campaña.


Los dos candidatos se dedicaron, durante la primera hora a contestar las preguntas de una decena de votantes indecisos sobre temas de gran interés interno, pero también densos para un debate de estas características.



Así, los votantes les interrogaron sobre asuntos de consumo interno como la crisis económica, el paquete de rescate del Gobierno, la energía o la reforma de la cobertura sanitaria.



Los dos trataron de conectar con los votantes presentes en el auditorio, pero de manera diferente.



Obama extendía la mano constantemente mientras respondía las preguntas y se movía por todo el escenario; McCain prefirió hablar en un tono más íntimo, iniciando varias de sus respuestas con la coletilla «amigos míos», que en varias ocasiones ha sido ya utilizada en tono jocoso por sus imitadores.



Solo en contadas ocasiones, surgió la confrontación entre los dos aspirantes a la Casa Blanca, como cuando salió a relucir sus presuntas vinculaciones con los gigantes hipotecarios rescatados, o cuando hablaron del recorte de gastos para salir de la crisis.



Así, Obama apostó por usar un «bisturí» para recortar los gastos de manera selectiva sin perjudicar a los programas sociales, y no un «hacha» como propone McCain.



Tras una hora de debate muy centrados en los temas domésticos, el cara a cara cambió de tercio tras la preguntas de un votante sobre cómo va a afectarla la crisis económica a la capacidad de Estados Unidos de actuar como pacificador en el mundo



Obama e Irak



El candidato demócrata, Barack Obama, afirmó que «no entiendo cómo acabamos invadiendo Irak, un país que no tenía nada que ver con el 11-S».



En su debate en Nashville ambos candidatos discreparon sobre cómo abordar la situación en el país árabe, en Afganistán y en Pakistán.



Obama, que ha prometido una salida tan rápida de Irak como lo permitan las circunstancias, en un año y medio, afirmó que la intervención permitió que en Afganistán el movimiento talibán y la red terrorista Al Qaeda «nos atacaran».



Esa decisión, afirmó, fue «la decisión de McCain, fue la decisión del presidente republicano, George W. Bush».



La situación en Irak, sostuvo, «ha supuesto no solo una presión sobre nuestros soldados, sino también sobre nuestro presupuesto».



«Nunca se ha visto que un país perdiera poder económico y mantuviera su poder militar», declaró el candidato demócrata, que también puntualizó que el despliegue en Irak de las fuerzas armadas ha impedido enviarlas a lugares como Darfur, en Sudán, para hacer frente a las matanzas que allí se producen.



Por su parte, McCain afirmó que «las naciones que tienen un poderío militar sólido también suelen tener un fuerte poder económico».



A su juicio, un líder debe saber «cuándo ir a la guerra y cuándo no», y esa decisión solo se puede tomar «con el conocimiento y la experiencia».



El candidato republicano aseguró que, a diferencia de su rival, él traerá de vuelta a las tropas estadounidenses en Irak «con honor», una vez se haya logrado el triunfo.



McCain, de 72 años y con décadas de experiencia en el Congreso de EE.UU., ha acusado en varias ocasiones a Obama, de 47 años, de carecer de los conocimientos o de la experiencia necesaria para ocupar la Casa Blanca.



Ambos discreparon también sobre cómo actuar en Afganistán y Pakistán y, como había ocurrido en el primer debate, McCain acusó a su rival de amenazar con incursiones en Pakistán.



Los dos candidatos se enfrentaron sobre la actitud hacia Pakistán, un país del que EE.UU. necesita su colaboración para combatir a los talibanes y Al Qaeda.



Obama acusó al gobierno de George W. Bush de haber «apoyado y financiado durante años a un dictador», Pervez Musharaff, al frente de Pakistán, sin que la lucha contra los terroristas haya dado resultado.



«Si el Gobierno de Pakistán -advirtió Obama- no es capaz o no quiere combatir a los terroristas, entonces EE.UU. tiene que actuar».



«No podemos dar millones de dólares a un dictador, que hace pactos con los talibanes. Mi mayor prioridad para la seguridad nacional será matar a Osaba Bin Laden y aplastar a Al Qaeda», dijo Obama.



McCain, por su parte, acusó a su oponente de hablar de una manera «irresponsable» sobre la posibilidad de atacar a Pakistán, cuando se trata de un país del que EE.UU. necesita su colaboración.



Los dos también discreparon sobre Rusia.



McCain afirmó que, tras la invasión de Georgia en agosto, es necesario presionar a Moscú para «hacerle entender que esa actitud no es permisible».



«No quiero volver a traer de nuevo la Guerra Fría, pero es necesario presionar a Rusia», insistió.



Obama indicó que «la energía va a ser clave a la hora de hacer frente a Rusia. Si reducimos los petrodólares que les entregamos, podremos presionar mejor».

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