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«Si no me restituyen, no hay acuerdo»

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Para el derrocado mandatario los legisladores tienen «la obligación de retrotraer la situación al orden democrático que existía antes del 28 de junio. Ahora bien, ellos pueden burlar el acuerdo, siempre existe esa posibilidad, pero depende de ellos», dijo.


Desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, le dijo a BBC Mundo que el acuerdo político firmado en la madrugada del viernes, podría quedar sin efecto.

«Si el Congreso vota contra mi restitución, es que entonces no hay acuerdo. Eso significaría que fracasaron las negociaciones, que fracasó todo».

El problema es que la votación del Congreso para decidir la restitución del mandatario depuesto no tiene fecha y algunos temen que el proceso tome varios días.

Lo único que tiene fecha hasta ahora es la formación de un «gobierno de unidad» que debe estar conformado antes del próximo jueves.

La controversia surge precisamente porque para Zelaya no se puede formar un gobierno de unidad si el Congreso no ha votado antes sobre su restitución.

En cambio pareciera ser que los aliados del gobierno interino dirigido por Roberto Micheletti esperan dilatar al máximo la votación del Congreso, precisamente, porque el acuerdo firmado entre las partes no establece una fecha para la decisión parlamentaria.

Hasta ahora es un misterio el resultado de esa votación, pero se cree que el poder está en manos de los 55 diputados del Partido Nacional, quienes podrían votar en bloque tras una negociación política con su candidato presidencial, Porfirio Lobo.

¿Es efectivo que usted no aceptará la formación de un gobierno de unidad si no es restituido en el cargo?

Hay un juego de palabras en esa afirmación. Existe un acuerdo de 12 puntos y ninguno es un punto aislado del otro. No se puede aprobar uno y dejar pendiente el otro.

Los 12 puntos tienen un espíritu de reconciliación nacional, es por eso que la conformación de un gabinete sólo puede estructurarse con el acuerdo de ambas partes. Y la reconciliación no se da sin la restauración del orden democrático.

Pero el Congreso podría votar contra su restitución en el poder porque hay votos que todavía son un misterio. Hay incertidumbre sobre el resultado de esa votación y sobre la fecha. ¿Por qué el mismo Congreso que avaló su salida ahora cambiaría de opinión?

Así como fue posible dar un golpe de Estado, es posible revertirlo. Depende de la voluntad política.

¿Y usted ve voluntad política en el Congreso?

Mire, yo no soy Nostradamus. Sólo espero que los cuatro meses de esfuerzos de la comunidad internacional y del pueblo hondureño sirvan para reflexionar.

Pero el Congreso podría votar contra su restitución, ¿o es que existe un acuerdo con los parlamentarios del Partido Nacional, con Pepe Lobo, el candidato presidencial de ese partido para que lo restituyan?

Moralmente el Congreso tiene la obligación de retrotraer la situación al orden democrático que existía antes del 28 de junio. Ahora bien, ellos pueden burlar el acuerdo, siempre existe esa posibilidad, pero depende de ellos, no de su servidor.

Y si el Congreso vota contra la restitución, ¿seguirá en pie el acuerdo?

Si el Congreso vota contra mi restitución, es que entonces no hay acuerdo. Eso significaría que fracasaron las negociaciones, que fracasó todo. Es que el cargo de su servidor no está a disposición del Congreso.

El periódico español La Vanguardia publica este domingo que el subsecretario de Estado estadounidense para América Latina, Thomas Shannon, lo presionó a que firmara el acuerdo bajo la amenaza de que si no lo hacía su hijo Héctor, que se encuentra en Estados Unidos, podría ser enjuiciado por narcotráfico, ¿es eso efectivo?

Nosotros no tenemos ninguna deuda que pagarle a nadie. Son especulaciones periodísticas. No conozco los detalles de la publicación, pero me parece una acusación infundada.

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