Publicidad

Nueva dimisión en un convento benedictino alemán por escándalos de pederastia

Diversas organizaciones estiman que el número de víctimas podría situarse en los 300, aunque en su mayoría la persecución judicial de esos delitos se presenta compleja, ya que en Alemania los delitos de abusos sexuales prescriben a los diez años.


Las sospechas de presunta pederastia en instituciones católicas de Alemania se saldaron hoy con una nueva dimisión, esta vez la del prior del convento benedictino bávaro de Ettal, el padre Maurus Krass, por no haber informado de varios indicios de abusos sexuales registrados entre 2002 y 2005.

Se trata de la segunda dimisión en dos días en ese convento, después de la del abate Barnabas Bögle, asimismo por no haber comunicado esos casos, lo que contravino las normativas impuestas en 2002 de tramitar todo indicio de sospecha a los superiores.

Los presuntos casos de pederastia en Ettal se suman a las sospechas de prácticas generalizadas, en las décadas de los años 70 y 80, reveladas primero en la escuela de elite de los jesuitas Canisius, en Berlín, y extendidas luego a otras instituciones católicas del país.

A diferencia del caso de la escuela jesuita, las sospechas relativas a Ettal no se remiten a varias décadas atrás, sino a unos pocos años, por lo que los delitos, de demostrarse, no habrían prescrito.

Los casos de presunta pederastia han centrado la atención de la asamblea de la Conferencia Episcopal alemana, que se cerró ayer con el nombramiento del obispo de Treveris, Stephan Ackermann, como coordinador para abordar esa cuestión.

El cometido de Ackermann será coordinar las investigaciones sobre los casos ya revelados o los que puedan aparecer, así como prestar asesoramiento jurídico a sus posibles víctimas.

Ackermann, de 46 años, fue de los primeros en el seno de la Conferencia Episcopal en reclamar un esclarecimiento en profundidad y sin miramientos de la cuestión, que empaña la credibilidad de las instituciones y centros de enseñanza católicos.

La Conferencia Episcopal se propone, asimismo, endurecer las normativas internas frente a los casos de pederastia y mejorar los mecanismos para detectar lo más rápidamente posible esas situaciones y prestar auxilio inmediato a sus víctimas.

La medida responde a la preocupación social en Alemania tras salir a la luz los primeros casos de abusos en alumnos de la escuela de Canisius, a lo que siguieron nuevas revelaciones en otras instituciones.

Diversas organizaciones estiman que el número de víctimas podría situarse en los 300, aunque en su mayoría la persecución judicial de esos delitos se presenta compleja, ya que en Alemania los delitos de abusos sexuales prescriben a los diez años.

Publicidad

Tendencias