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Perjudicados y beneficiados por la filtración de Wikileaks

Las declaraciones de los diferentes gobiernos relacionados con la última filtración de Wikileaks no cesan. De las acciones que Wikileaks ha hecho este año, es la primera vez que tantos países se ven involucrados. La mayoría han decidio mostrarse cautos o quitarle importancia a las informaciones, otros ya han abierto investigaciones contra la página web.


Los más de 250.000 informes diplomáticos que ha publicado Wikileaks han molestado a muchos Gobiernos. Abrir tal cantidad de documentos (procedentes de diferentes embajadas de EEUU en el mundo) supone descubrir el funcionamiento diplomático de muchos países. Muchos han quitado hierro al asunto y otros dudan de la veracidad de Wikileaks mientras esperan a la totalidad de los cables.

A la espera o incluso tranquilos

Cancelar el pasaporte de Julian Assange, fundador de Wikileaks, es la primera medida que quiere tomar el Gobierno de Australia. Por ahora comenzará a investigar al organismo que ha revelado hasta 3.000 cables de las embajadas de EEUU en Australia.

Menos preocupado parece el primer ministro neozelandés, John Key. Ha señalado que «no conocemos todos los detalles, porque son muchos cables, pero uno o dos comentarios seguramente avergonzará a los implicados”.

Le quitan hierro al asunto

El ministro de Defensa de Italia, Ignazio La Russa, ha pedido no dar excesiva importancia a los cables diplomáticos estadounidenses publicados. Obligarán «a cambiar el sistema de relaciones diplomáticas, y los diplomáticos tendrán que ser más cuidadosos, más reflexivos y más prudentes en sus informes» ha dicho La Russa en una entrevista al diario ‘Corriere della Sera’. Las relaciones entre el jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, y el actual primer ministro ruso, Vladimir Putin son algunas de las que más han dado que hablar.

Rusia considera prematuro pronunciarse sobre las valoraciones hechas por diplomáticos estadounidenses acerca del primer ministro ruso, Vladímir Putin. «Es necesario ver los originales, si es que existen», declaró el portavoz de Putin, Dmitri Peskov a Interfax. Agregó que asimismo debe aclararse «de qué nivel son los diplomáticos y funcionarios que dan esa valoración y en qué documentos».

Por su parte, el Ejecutivo de Sarkozy se ha mostrado solidario con EEUU. El portavoz del Gobierno francés, François Baroin, ha mostrado su solidaridad con Washington, y ha criticado que «pone en peligro a hombres y mujeres que han trabajado al servicio del país”.

El Gobierno británico también ha tomado la vía diplomática y ha condenado filtraciones de Wikileaks. Un portavoz de David Cameron defendió la importancia de que «los Gobiernos puedan operar sobre la base de la confidencialidad a la hora de tratar con este tipo de información, y el que sea filtrada es perjudicial». Las filtraciones que relacionan a Reino Unido, incluyen comentarios de diplomáticos estadounidenses sobre el ex primer ministro laborista Gordon Brown y sobre las elecciones celebradas en mayo pasado.

Sospechas de ida y de vuelta

Ha sido el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, quien ha dado las primeras declaraciones de Turquía sobre la filtración de Wikileaks. Ha calificado la actuación de «sospechosa”. Erdogan ha añadido que “la seriedad de WikiLeaks es dudosa”. Según el semanario alemán «Spiegel», gran parte de esos mensajes (casi 8.000), provienen precisamente de la embajada de EEUU en Ankara, y revelan una gran desconfianza de los delegados de Washington hacia el Gobierno de Erdogan.

Los bien parados y confiados

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha afirmado que las filtraciones de WikiLeaks ponen de manifiesto que Israel está en lo cierto en su valoración sobre la amenaza que supone para la región el programa nuclear de Irán. «Israel no ha resultado dañado para nada con las publicaciones de WikiLeaks. En opinión de Ntanyahu, el resultado de las filtraciones sobre Israel es positivo.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha aprovechado su buena posición en la filtración para confirmar su «naturaleza transparente». El comunicado del organismo señala también que «no está en posición de comentar sobre la autenticidad del documento que supuestamente indica actividades de recolección de información sobre funcionarios y actividades en las Naciones Unidas». Según el diario londinense, ‘The Guardian’, uno de los aspectos que llama más la atención es el espionaje a que se somete a Ban, algo que según establece la normativa de Naciones Unidas es ilegal.

Preocupación en EEUU

El Departamento de Defensa de EEUU ha sido uno de los primeros países en condenar la acción de Wikileaks. El portavoz del Pentágono ha criticado la imprudencia de «esta revelación de informaciones clasificadas obtenidas de modo ilegal». En agosto de 2010, el órganos de defensa de EEUU ya reclamó una investigación que determinase cómo los documentos llegan a manos de Wikileaks.

«Peligrosa y temeraria», así es la filtración de cables diplomáticos estadounidenses para la Casa Blanca. La residencia de Barack Obama asegura que la divulgación de los informes pone en peligro los intereses de EEUU en política exterior. Washington ha detallado que son «información franca y a menudo incompleta», que no representa necesariamente la política de EEUU.

(Reporte especial de LaInformación.com para El Mostrador)

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