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Disidente cubano inicia nueva huelga de hambre exigiendo que se aclare muerte de activista supuestamente apaleado por la policía

«Coco» Fariñas también reclama a las autoridades que se comprometan públicamente a no golpear «como lo está haciendo actualmente» a los opositores que celebran actos públicos.


El opositor cubano Guillermo Fariñas inició este viernes una nueva huelga de hambre para exigir justicia por la muerte de Juan Wilfredo Soto, fallecido el pasado 8 de mayo en un hospital de Santa Clara, según la disidencia a causa de una paliza policial dos días antes, si bien el Gobierno y familiares del difunto lo descartan.

En conversación telefónica con Efe desde su casa de Santa Clara, Fariñas confirmó que este mediodía inició una huelga de hambre y sed para exigir que el Gobierno de Raúl Castro «juzgue a los autores directos del homicidio» de Soto García.

«Coco» Fariñas también reclama a las autoridades cubanas que se comprometan públicamente a no golpear «como lo está haciendo actualmente» a los opositores que celebran actos públicos.

El Gobierno de la isla, en una nota oficial divulgada al día siguiente de la muerte, negó agresión policial alguna contra Soto García, sostiene que éste tenía problemas de salud y que falleció por un fallo multiorgánico originado por una pancreatitis aguda y denunció una «nueva campaña difamatoria» orquestada contra la revolución cubana.

Medios oficiales cubanos ofrecieron en días posteriores testimonios de la hermana y otros familiares de Soto rechazando que la policía hubiese golpeado a Juan Wilfredo y criticando que esa versión era un «invento de la propaganda contrarrevolucionaria».

Casi un mes después de la muerte de Soto, Fariñas -psicólogo y periodista independiente de 48 años- se ha declarado nuevamente en huelga de hambre, la vigésimo cuarta que realiza desde los años 90 para plantear diversas demandas y protestas al régimen cubano.

Su último ayuno, de más de cuatro meses, fue el que realizó del 24 de febrero al 8 de julio de 2010, para exigir la libertad de los presos políticos tras la muerte de Orlando Zapata, quien pereció tras una huelga de hambre de 86 días en la cárcel para exigir ser tratado como prisionero de conciencia.

El disidente manifestó que le quedan secuelas de aquella huelga, en concreto una trombosis en la vena subclavia yugular y responsabilizó al Gobierno cubano de «cualquier desenlace fatal» que pueda tener la decisión de acometer esta protesta.

También precisó que la disidencia cubana está preparando un expediente sobre la muerte de Wilfredo Soto para interponer una denuncia ante tribunales internacionales de derechos humanos.

El Parlamento Europeo distinguió a Guillermo Fariñas el año pasado con el Premio Sájarov a la libertad de conciencia que el disidente no pudo recoger personalmente porque las autoridades cubanas le negaron el permiso para salir el país

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