El cuadro uruguayo acusa que Ramalho, en plena cancha y antes del segundo tiempo, presionó al árbitro paraguayo Carlos Amarilla por la amonestación que se ganó Neymar al simular una infracción en la etapa inicial.
Peñarol envió este jueves una carta de protesta oficialmente a la Conmebol por el «show» que montó el técnico de Santos, Muricy Ramalho, en la primera final de la Copa Libertadores disputada anoche en Montevideo.
El cuadro uruguayo acusa que Ramalho, en plena cancha y antes del segundo tiempo, presionó al árbitro paraguayo Carlos Amarilla por la amonestación que se ganó Neymar al simular una infracción en la etapa inicial.
Luego de calificar que el lance de ida se disputó «en forma normal, con sus instalaciones colmadas y un público que hizo del episodio una real fiesta» y que «estimamos que el arbitraje fue correcto», el elenco charrúa denunció «la actitud del Sr. Muricy Ramalho, director técnico del Santos, que en una actitud calificada de «insólita» y sin precedentes por los comentaristas de la Cadena Fox Sports, se dirigía al árbitro, mientras era filmado por la televisión brasileña, reclamándole por su actitud ante el jugador Neymar».
«Exigía con voz airada saber si se le iba a expulsar, luego de haber sufrido una tarjeta amarilla por una notoria simulación, que se repitió varias veces durante todo el partido. Alegaba incluso que se estaba pretendiendo impedir que, por una suspensión, el referido jugador no pudiera participar del segundo partido final», añade la misiva.
Peñarol estima que «su actitud, realmente insólita, estaba notoriamente dirigida a presionar al Juez, pero también a generar en el público brasileño la sensación de estar ante la inminencia de una sanción injusta».
El club ‘carbonero’ considera que «el hecho se hace particularmente grave en la perspectiva del partido que debemos disputar Peñarol y Santos el próximo miércoles en el Estadio de Pacaembú, que -como es notorio- no posee una capacidad importante (…) es un estadio riesgoso, calificado así por la propia policía brasileña y con antecedentes de violencia muy negativos».
Finalmente, los uruguayos proponen que «la actitud del Sr. Ramalho merecería una seria sanción y la adopción de medidas preventivas que impidan actos dirigidos a incitar al público a desbordes que pueden llegar a ser fatales».
