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BBC News Mundo

Venezuela y los secuestros diarios que no se reportan

El caso del beisbolista Wilson Ramos puso en evidencia la realidad de los numerosos plagios que no llegan a los medios.


El beisbolista Wilson Ramos fue rescatado tras permanecer dos días secuestro. Pero resuelto el caso todo indica que el problema de los plagios en Venezuela vuelvan a quedar en segundo plano.

De acuerdo a conservadoras cifras oficiales, dos personas sufren este delito cada día: fueron 686 casos en 2009.

Pero según otras estimaciones se podrían estar dando casi 50 secuestros, de distinto tipo, cada 24 horas.

¿Es esta una cifra descabellada?

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Ciudadana, realizada entre julio del 2008 y julio del 2009 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reveló que 16.917 personas sufrieron un secuestro durante ese período, lo que equivale a más de 46 secuestros diarios.

Según asegura el criminólogo Fermín Mármol García esta cifra podría no haber sido recogida de la manera más apropiada desde el punto de vista metodológico y asegura que la cantidad real se ubica en 1.700 y si se le agregan los no reportados, se alcanzarían los 3.000 al año aproximadamente.

«Es el delito que más ha aumentado desde 1999, un 470%», asegura Mármol García, en un contexto en el que el aumento en la cantidad de secuestros viene de la mano del incremento en los niveles de inseguridad que imperan en el país.

¿A quién?

Pocos años atrás la gran parte de los secuestros tenían como objetivos a terratenientes y empresarios.

En 2006, por ejemplo, la organización IKV Pax Christi informó que se registraron 382 casos y 280 eran del gremio ganadero.

La mayor parte ocurrían en la zona fronteriza con Colombia donde grupos armados podían operar a sus anchas.

Tal era el problema en ese sector que la Asociación de Ganaderos comenzó a llevar sus propias estadísticas.

Hoy en día las cosas han cambiado.

Cuatro de cada cinco secuestros son de la modalidad «exprés», que el gobierno no incluye en sus cifras.

Se dan en la ciudades, tienen una duración inferior a las 24 horas y algunos ni quiera llegan a prolongarse más de una hora.

En estos casos los delincuentes llevan a la víctima a retirar dinero de un cajero automático y luego la liberan o se negocia el pago de rescate con los familiares.

Implicación de la policía

Y el problema muchas veces viene desde dentro de las fuerzas de seguridad.

El gobierno ha reconocido que hasta el 20% de los delitos que se cometen en el país involucran a policías.

Esto ha hecho que en muchos casos las víctimas ni siquiera denuncian los delitos, y en especial los secuestros, por temor a represalias.

De esta manera las cifras reportadas de plagios son considerablemente menores a los que en realidad ocurren, aseguran expertos.

«Por cada secuestro denunciado –asegura el criminólogo–, hay diez que no se denuncian. La población no cree en sus instituciones».

«Pulula la impunidad y eso produce imitación. En Venezuela es fácil cometer un delito», opina Mármol García consultado por BBC Mundo.

Diversas organizaciones aseguran que la situación es tan grave que sólo se compara en América Latina con lo que ocurre en el norte de México, y a nivel mundial ubican a Venezuela entre los diez país del mundo donde más secuestros se registran.

«Déficit de agentes»

Desde el Estado se ha intentado hacer frente a este tipo de delitos.

En 2008 la Asamblea Nacional aprobó la Ley contra el Secuestro y la Extorsión, que contempla penas de hasta 30 años, para enfrentar una situación que no estaba contemplada en una ley específica.

Sin embargo, la mayoría de los casos no son resueltos y sólo reciben atención gubernamental cuando se trata de un secuestro de alto perfil, como el del beisbolista de las Grandes Ligas de béisbol.

Sólo en el caso de Ramos participaron más de 300 agentes de seguridad.

Sin embargo, según la ONU, faltan 20.000 policías para labores de investigación. «Tenemos un déficit del 300% en agentes de investigación», dice Mármol García.

Otra cara del aumento de los secuestros ha sido el florecimiento de algunas industrias vinculada al negocio de la seguridad, especialmente utilizadas por empresas multinacionales y personas de la clase alta venezolana.

El negocio de la seguridad privada creció 70% en la última década y ya hay unas 300 compañías dedicadas a la protección y vigilancia, que generan unos 300.000 empleos, de acuerdo a cifras de la Asociación Venezolana de Ejecutivos de Seguridad.

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