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Cristina Fernández regresa con fuerte defensa de soberanía sobre las Malvinas

Retornando de su licencia, la jefa de Estado afirmó que su gobierno seguirá «con mucha rigurosidad política, jurídica y diplomática» en su reclamo al Reino Unido. Anunció además que instruyó al ministro de Defensa, Arturo Puricelli, para que «conforme una comisión que proceda a la apertura y el conocimiento público del Informe Rattenbach», una investigación hecha tras la guerra por las Islas, a la que definió como una contienda «suicida para chicos que no estaban preparados».


La presidenta argentina, Cristina Fernández, aseguró este miércoles  que su Gobierno mantendrá el reclamo de soberanía de las Malvinas con «mucha rigurosidad política» y lamentó que en las islas, bajo dominio británico, «se estén depredando» los «recursos naturales».

«Están depredando nuestros recursos naturales, nuestro petróleo, nuestra pesca», afirmó la mandataria en su primer acto público luego de la licencia médica de 20 días que tomó por una operación de tiroides, a raíz de un diagnóstico inicial de cáncer que luego fue descartado.

La jefa de Estado afirmó que el Gobierno seguirá «con mucha rigurosidad política, jurídica y diplomática» en su reclamo de soberanía al Reino Unido, país con el que Argentina libró en 1982 una guerra, de la que este año se cumplen 30 años.

Fernández se refirió además a las declaraciones del primer ministro británico, David Cameron, quien días atrás acusó a Argentina de «colonialista» por su reclamo de soberanía sobre las Malvinas.

«En ese mundo del revés escuche que nos trataban de colonialistas a nosotros, los argentinos. Uno siempre tiene la tentación de contestar, pero hay que evitarlo. Cuando se dicen estas cosas es porque no se tienen razones ni argumentos», manifestó la mandataria.

Anunció además que instruyó al ministro de Defensa argentino, Arturo Puricelli, para que «conforme una comisión que proceda a la apertura y el conocimiento público del Informe Rattenbach», una investigación hecha tras la guerra por las Islas Malvinas, a la que definió como una contienda «suicida para chicos que no estaban preparados».

«Quieren convertirnos en chicos malos o chicos violentos y no lo somos. No le pedimos a nadie que dejen de ser ingleses. No esperen gritos destemplados ni gestos xenofóbicos, nosotros tenemos un concepto de soberanía que enlaza con la Nación, con el pueblo y con la defensa de los recursos naturales», enfatizó la presidenta.

«Vamos a seguir con la misma política de siempre, recordando a nuestros muertos y seguir con nuestro reclamos de que se cumpla con la resolución de Naciones Unidas» que insta a ambos países a «sentarse a dialogar», subrayó la mandataria, quien recordó además «la pila» (gran cantidad) de compañías británicas con inversiones en Argentina.

Recordó que las «principales» empresas del Reino Unido «trabajan en Argentina».

«Si somos tan malos no deberían venir», aseguró.

La escalada de mutuas acusaciones entre Buenos Aires y Londres comenzó a gestarse en diciembre pasado, cuando los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) resolvieran prohibir la entrada a sus puertos a buques con bandera de las Falklands (Malvinas).

La ONU dictaminó en 1965 que el de las Malvinas es un caso de colonialismo y desde entonces se suceden las resoluciones del organismo internacional que instan a las partes a negociar la soberanía de las islas, que permanecen interrumpidas desde la guerra librada por argentinos y británicos en 1982.

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