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BBC News Mundo

La tragedia seca de Paraguay

El país vive una de las peores sequías de su historia y hasta un 60% de las cosechas se han perdido. Los más afectados son unos 250.000 pequeños agricultores que podrían quedarse sin alimentos.


Rosa Aquino espera que ocurra un milagro. Apenas ha visto algún tipo de lluvia desde octubre, lo que le ha hecho perder casi todas sus cosechas.

Rosa Aquino es una de decenas de miles de víctimas de la actual tragedia paraguaya: la sequía.

Ella y su esposo Gregorio tienen un pequeño terreno de seis hectáreas. Lo que cultivan es para alimentarse ellos y sus dos hijos. Lo que les sobra tratan de venderlo para así tener un ingreso.

Esta mujer se desvive en simpatía al recibir a BBC Mundo. Aunque su situación sólo puede ser descrita como desesperada.

“Si llueve algo dentro de poco podríamos sembrar algo antes de que llegue el invierno (en abril). Pero si no sucede no tendremos qué comer”, señaló.

El gobierno paraguayo estima en el país hay unos 250.000 pequeños productores, como Rosa y Gregorio, que están en riesgo por una de las peores sequías que se recuerdan.

La falta de lluvia no sólo está afectando a Paraguay, sino a buena parte del Cono Sur.

Los expertos afirman que la culpa es de “La Niña”, el fenómeno meteorológico en el que baja la temperatura del agua de los océanos y que ocasiona irregularidades climáticas.

En verano –entre noviembre y marzo-, en esta región suele darse un promedio de 150 milímetros de lluvia mensual. Esta vez apenas si ha habido 10% de lo normal.

Campos arrasados

La situación de miles de productores agrícolas paraguayos es desesperada.

La situación de miles de productores agrícolas paraguayos es desesperada.

A diferencia del resto de los países del Cono Sur, Paraguay depende estrechamente de la agricultura y la ganadería. Ambos sectores fuertemente golpeados por la sequía.

El gobierno paraguayo estima que hasta 60% de algunas cosechas ya se pueden haber perdido por la falta de lluvia. El sector privado incluso habla de daños que superan los US$1.500 millones.

Esta es una cifra enorme para un país de unos seis millones de habitantes, que según Naciones Unidas tiene casi un 50% de su población en la pobreza.

El campo de Rosa Aquino es un ejemplo de lo que puede hacer una sequía.

Con ella y Gregorio como guías, caminamos varios kilómetros desde su casa, en el poblado de Yvaté, a unos 100 kilómetros de Asunción, hasta el terreno donde cosechan.

El lugar al que llegamos es deprimente. Normalmente debe ser un sitio verde y frondoso donde se planta el maíz. Sin embargo, parece más bien un cementerio de plantas.

Todas tienen un color ocre y con hojas deshaciéndose con el viento. El termómetro además marca 43 grados centígrados.

Rosa rompe con las manos uno de los tallos y logra encontrar lo que pudo haber sido una mazorca. El vegetal está seco, deshidratado.

“Se nos fundió casi todo”, dice Rosa.

“Se dice que habrá ayuda, pero eso no está claro. A veces las ayudas se politizan”, agrega.

Riesgo estructural

Estas naranjas nunca madurarán debido a la sequía

Estas naranjas nunca madurarán debido a la sequía

El gobierno paraguayo declaró en enero la emergencia alimentaria. El objetivo de la medida es tratar de asistir a las decenas de miles de familias como la de Rosa y Gregorio.

“Los grandes y medianos productores tienen con qué aguantar la sequía. Los pequeños no y por eso son la prioridad”, señaló a BBC Mundo Edgar Mayeregger, coordinador de la unidad de gestión de riesgos del Ministerio de Agricultura, es decir el encargado en el terreno de responder por las autoridades.

En el gobierno hay preocupación a todo nivel por las consecuencias estructurales de la sequía.

El sector agrícola paraguayo creció un sorprendente 50% en 2010, por la producción del producto premium de la región: la soya.

El apetito de mercados —como el de China e India— por esta materia prima impulsó que la economía creciera hasta un 15% en 2010.

Ahora, sin embargo, la producción de soya está en declive. Se espera una caída de 48% este año en sus cosechas.

Lo mismo sucede en casi todos los rubros, como maíz, algodón, mandioca y sésamo, entre otros.

La ganadería también está en riesgo. La sequía es el segundo golpe fuerte que recibe este sector tras un brote de fiebre aftosa de fines del año pasado que dejó una caída de casi 20% en sus exportaciones.

Un duro revés para Paraguay, que en años recientes logró convertirse en uno de los principales exportadores de carne del mundo.

“La sequía es terrible para nuestro país, porque va a detener el crecimiento que hemos venido teniendo. De hecho ya se han hecho revisiones al crecimiento esperado de nuestra economía este año, que en vez de ser de 4,8% más bien se cree será de 2,8%”, agregó Mayeregger.

Costo

En muchas partes del país el efecto de la sequía se puede sentir sobre todo en los mercados de productos agrícolas.

Se estima que por la caída en la oferta ha habido un repunte en el precio de los vegetales y de los derivados de la ganadería, como la carne o la leche.

“Cuando hay sequía todo es más caro”, aseveró Rosa Aquino.

En los últimos días el país ha tenido algunas lluvias aisladas. Aunque para los expertos el nivel está muy lejos de ser suficiente. Incluso sería hasta contraproducente para las cosechas que aún no se han muerto.

“Es mejor tener chaparrones por varios días que una pequeña lluvia. Para los cultivos es como cuando se le da agua a alguien que tiene una fuerte deshidratación. Lo mata al instante”, señaló Mayeregger.

“Esta no es la peor sequía que hemos tenido, pero sí puede ser la que afecte más a nuestra economía. El ingreso de la nación está en riesgo, y eso es preocupante”, añadió.

“Lamentablemente, nadie puede hacer nada al respecto”, terció Rosa Aquino.

“Sólo podemos esperar que vuelva a llover”.

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