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ONU condena la masacre en Tremseh y el uso de armas pesadas por el régimen

«Estoy consternado y horrorizado sobre las noticias que vienen de Tremseh, cerca de Hama, de intensos enfrentamientos, muchas víctimas, y la confirmación del uso de armamento pesado como artillería, tanques y helicópteros», sostuvo el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan.


El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, condenó la masacre de ayer en Tremseh, en la que murieron unas 200 personas, y acusó al Gobierno sirio de usar armamento pesado en las ciudades, a pesar de que se había comprometido a no hacerlo.

«Condeno estas atrocidades en los términos más severos posibles», afirmó Annan en un comunicado, en que señaló que la presencia del Ejército en Tremseh «es una violación de la garantía del gobierno de que cesaría en el uso de armas pesadas en centros de población y de su compromiso con el plan de seis puntos».

«Estoy consternado y horrorizado sobre las noticias que vienen de Tremseh, cerca de Hama, de intensos enfrentamientos, muchas víctimas, y la confirmación del uso de armamento pesado como artillería, tanques y helicópteros», agregó el enviado.

La oposición siria acusa al régimen de Bachar al Asad de haber cometido la matanza en Tremseh, pero el gobierno afirma que fueron fuerzas terroristas quienes perpetraron la masacre.

Un opositor, Abu Gazi, detalló a EFE cómo el Ejército cercó la localidad en la madrugada de ayer, jueves, con tanques y baterías antiaéreas antes de bombardearla, al tiempo que dispararon a quienes intentaban salir de la zona.

Tras el bombardeo, las fuerzas del orden irrumpieron en Tremseh y se enfrentaron a rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), que lograron abrir algunas vías para permitir a la población escapar del asedio y los bombardeos, aseguró el activista.

Bajo el paraguas de las fuerzas de seguridad, las «shabiha», los matones del régimen, asesinaron con armas blancas a los civiles, incluidos muchos médicos y muchas personas heridas en los bombardeos, apuntó Gazi.

El ex secretario general de la ONU señaló que lo ocurrido en Tremseh «es un nuevo recordatorio de la pesadilla y los horrores a los que están sujetos los civiles en Siria».

Dicho esto, afirmó que los 300 cascos azules -desarmados- que forman la misión de la ONU en Siria (UNSMIS) están listos para ir a verificar los hechos «cuando las circunstancias lo permitan».

«La libertad de movimientos de los observadores debe respetarse», agregó Annan.

Según el activista de Hama, los habitantes de la zona pidieron a los observadores de la ONU desplegados en el país que acudieran a ayudarles, pero el Ejército sirio les impidió el acceso.

Los observadores suspendieron su misión el pasado 16 de junio por los riesgos de seguridad que esta conllevaba, si bien permanecen en el país hasta que expire su mandato la próxima semana.

«Es absolutamente necesario que esta violencia y esta brutalidad cese y es más importante que nunca que los gobiernos con influencia la ejerzan más efectivamente para asegurar que la violencia acabe», concluyó Annan.

Desde el inicio del conflicto, hace 16 meses, Rusia y China han boicoteado todos los intentos de la comunidad internacional de actuar de forma contundente para obligar al régimen de Bachar al Asad que deje de reprimir a la población.

El conflicto ya ha causado más de 11.000 muertos, más de 100.000 refugiados, y 200.000 civiles han debido abandonar sus hogares, aunque según la ONU un millón y medio de personas necesitan asistencia humanitaria.

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