La nueva empresa se llama DYRUS S.A. y, según aseguró el sindicato, ya tiene avanzados varios de sus trámites para comenzar a funcionar y estarían a la espera de la autorización de la Dirección Nacional de Aviación Civil de Uruguay.
DYRUS S.A. es el nombre de la nueva aerolínea que crearon los ex trabajadores de la desaparecida Pluna que cerró sus puertas en junio de 2012 por problemas financieros. Los funcionarios informaron que ya está conformada la sociedad anónima y que continúan realizando los trámites correspondientes con el Banco de Desarrollo (Bandes) para obtener un préstamo para el negocio y con la Dirección Nacional de Aviación Civil (DINACIA) de Uruguay para las autorizaciones correspondientes.
Según informó el gremio a través de un comunicado de prensa, «Las etapas de formación de la nueva empresa aeronáutica se vienen cumpliendo de acuerdo a lo previsto en el plan macro de desarrollo, alcanzando los objetivos propuestos hasta esta fecha y concretando las negociaciones necesarias para la apertura de la empresa». Además, aseguraron tener avanzadas las negociaciones con proveedores de sistemas comerciales y otras empresas internacionales de la industria, las contrataciones y condiciones de seguros de las aeronaves, la reserva de los espacios físicos para las futuras oficinas, la conformación de un equipo jurídico, etc.
Pero aunque la aspiración inicial era comenzar a volar los siete Bombardier subastados por la difunta Pluna durante el mes de abril, la fecha tuvo que ser postergada ya que no dependía solamente de la decisión de los trabajadores. Según explicaron desde el sindicato y el gobierno uruguayo, la certificación de Dinacia deberá esperar “unos meses”.
Además, la empresa aún debe esperar que las mismas autorizaciones sean concedidas por todos aquellos países donde la nueva aerolínea quiere establecer una base. Según la última versión del plan de negocios de la compañía, ésta planeaba asentarse en Buenos Aires, Córdoba, San Pablo, Porto Alegre, Río de Janeiro, Santiago de Chile y Asunción. Cada uno de estos países debe aceptar la certificación para permitir el uso de sus aeropuertos.
