«Ya no estamos en la guerra fría», sostuvo el portavoz gubernamental, Steffen Seibert.
El gobierno alemán expresó este lunes su «extrañeza» ante las informaciones difundidas acerca de un presunto espionaje por parte de Estados Unidos a la Unión Europea y especialmente a Alemania y advirtió que tales prácticas son «inaceptables» entre «socios y aliados».
«Las informaciones periodísticas no son hechos, hay que comprobarlas», indicó el portavoz gubernamental, Steffen Seibert, para añadir que, de confirmarse que se practican controles sobre «instituciones y gobiernos», éstos son «inaceptables».
Según explicó, el Gobierno de Angela Merkel ya ha trasladado su inquietud a la Casa Blanca y toma «muy en serio» las informaciones de «Der Spiegel», según las cuales la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EEUU controla unos 500 millones de comunicaciones mensuales en Alemania al considerarla «objetivo prioritario» de su espionaje.
«Ya no estamos en la guerra fría», añadió Seibert, quien exigió un completo esclarecimiento del asunto y «de ser necesaria una reacción unánime y clara a escala europea».
Seibert recordó a este respecto que, en la reciente visita del presidente Barack Obama a Berlín, Merkel le indicó la necesidad de observar «un equilibrio» entre la seguridad nacional y la privacidad en internet, en alusión a las primeras revelaciones periodísticas acerca de las actividades de la NSA.
La declaración del portavoz sigue al estupor causado por las revelaciones del último número de «Der Spiegel», según las cuales la NSA había estado registrando, controlando y almacenando conversaciones telefónicas, mails y otras comunicaciones de la UE.
Asimismo, ese semanario, que se remite a documentos recabados por el ex colaborador de los servicios secretos estadounidenses, Edward Snowden, apunta a un espionaje masivo en Alemania, incluido a los miembros de su Gobierno y a la propia Cancillería.
La oposición socialdemócrata y verde instó ayer a Merkel a que exija explicaciones a Washington sobre la ocurrido.
Hasta la reacción de Seibert, hoy, la única declaración sobre el asunto por parte del Gobierno de Berlín correspondió a la ministra de Justicia, Sabine Leutheussen-Scharrenberger, del co-gobernamental Partido Liberal (FDP) que calificó esas prácticas de propias de la guerra fría y entre bloques enemigos.