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Ataque terrorista deja 34 muertos en víspera de reunión política anual china

Ataque terrorista deja 34 muertos en víspera de reunión política anual china

Entre los fallecidos hay 29 civiles que mataron los asaltantes y cinco supuestos terroristas que murieron por los disparos de la Policía de Kunming (capital de Yunnan, sur), en cuya estación de tren se produjo anoche (alrededor de las 21.00 hora local, 13.00 GMT) el ataque, indica hoy el diario shanghainés «Jiefang Daily».


Al menos 34 personas murieron y 140 resultaron heridas en lo que las autoridades han calificado como un «ataque terrorista cometido por fuerzas separatistas de Xinjiang» (noroeste) en una estación de tren del sur de China, casi en la víspera de que comience una clave reunión política anual en Pekín.

Entre los fallecidos hay 29 civiles que mataron los asaltantes y cinco supuestos terroristas que murieron por los disparos de la Policía de Kunming (capital de Yunnan, sur), en cuya estación de tren se produjo anoche (alrededor de las 21.00 hora local, 13.00 GMT) el ataque, indica hoy el diario shanghainés «Jiefang Daily».

Algunos usuarios de Weibo, el Twitter chino, aseguran que cerca de una docena de personas vestidas de negro y enmascaradas entraron en la estación «enloquecidas» y comenzaron a apuñalar de forma indiscriminada a los ciudadanos con cuchillos y dagas.

La cadena de televisión CCTV aseguró hoy que uno de los asaltantes muertos por la Policía era una mujer, que falleció poco después, mientras otra fue detenida por las fuerzas de seguridad y permanece en una comisaría de Kunming.

Liu Chen, un estudiante de 19 años de la ciudad central de Wuhan (provincia de Hubei), se encontraba en la estación esperando para comprar un billete cuando ocurrió el ataque.

«Al principio, pensé que era sólo alguien peleando, pero luego vi sangre y escuché a mucha gente gritar, y sólo corrí», declaró el joven, citado por la agencia oficial Xinhua.

Un ciudadano de Yunnan, Yang Haifei, declaró a la agencia china desde el hospital que fue acuchillado en el pecho y en la espalda, aunque las heridas no resultaron de gravedad, mientras intentaba comprar un billete de tren.

«Entonces vi a un grupo de gente entrar aprisa a la estación, la mayoría de ellos vestidos de negro, y empezaron a atacar a todos», señala.

El «ataque terrorista», según la definición de las autoridades, se produjo casi en la víspera de que el lunes comience la sesión anual de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo chino (el principal órgano consejero político chino), y apenas tres días antes de que arranque la reunión de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el Legislativo).

Se trata, por lo tanto, de un momento delicado para el Gobierno chino, que extrema especialmente la seguridad estos días, y que además recuerda a lo vivido hace sólo cuatro meses, cuando un ataque en la plaza pequinesa de Tiananmen en octubre precedió a la celebración del cónclave anual del Partido Comunista chino (PCCh).

Entonces fue un automóvil el que invadió la emblemática ágora y se incendió a las puertas de la Ciudad Prohibida, causando 5 muertos y al menos 40 heridos, ataque que, como ahora, también fue atribuido a fuerzas terroristas vinculadas a Xinjiang, hogar de la minoritaria etnia uigur, enfrentada en ocasiones a la mayoritaria han.

No obstante, ningún grupo uigur reclamó ni ahora ni entonces la autoría del suceso, y algunas asociaciones uigures en el exilio han denunciado el aumento del acoso por parte de las autoridades chinas contra esta etnia de religión musulmana, sobre todo en Xinjiang.

Como ejemplo de este acoso, el Proyecto Uigur de Derechos Humanos (UHRP) denunció la pasada semana el caso del prominente académico uigur Ilham Tohti, quien fue acusado formalmente de «separatismo» por el régimen chino.

Precisamente, Tohti, profesor de la Universidad de las Minorías de Pekín, cuestionó las causas del ataque a Tiananmen, lo que le puso en el punto de mira de las autoridades chinas tras haber sido detenido previamente en más ocasiones.

Sin hacer mención específica a ningún grupo uigur, el presidente chino, Xi Jinping, urgió hoy a que se «resuelva el «caso del ataque terrorista en Kunming y se castigue a los terroristas de acuerdo a las normativas».

Xinjiang es, junto al Tíbet, uno de los mayores polvorines del país, con frecuentes enfrentamientos entre los uigures y los han, como el que dejó alrededor de 200 muertos en su capital provincial, Urumqi, en el verano de 2009.

Las autoridades chinas acusan a esta minoría de querer implantar por la fuerza el estado del Turkestán Oriental, mientras organizaciones como la UHRP denuncian el abuso del régimen chino en la región.

El hecho de que los definidos oficialmente como ataques terroristas se hayan producido fuera de Xinjiang tanto en octubre como ahora, y que tengan lugar además en la víspera de magnos eventos políticos, hace prever a algunos expertos que el Gobierno endurecerá su línea hacia los presuntos grupos separatistas.

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