Fue detenido en 1981 y condenado a una pena de 55 años de cárcel por conspiración sediciosa, a los que se añadieron posteriormente otros quince años en 1987 por un intento de fuga. Actualmente tiene 71 años.
El independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, considerado terrorista por unos y prisionero político por otros, cumplió este jueves 33 años en prisiones de EE.UU., donde fue condenado por conspiración sediciosa, entre otros delitos.
Para llamar la atención sobre el aniversario, cientos de personas, entre ellas, la abogada de López Rivera, Jan Susler, participaron este jueves en la marcha «33 en 33 x Oscar» y reclamaron la excarcelación del «prisionero político que más tiempo lleva encarcelado en el mundo».
Así lo señaló Suler en una entrevista con la agencia EFE en la que se dijo ser «muy optimista» ante la posibilidad de que pronto el presidente de EE.UU., Barack Obama, decida ofrecerle «una conmutación», término que explicó como «una declaración presidencial que diga que usted ya ha cumplido su sentencia».
«No importa el mecanismo que sea que se necesite, pero queremos que Oscar vuelva a nosotros y disfrute de su familia», dijo Suler, quien lleva varias décadas representando al independentista ante la Justicia estadounidense.
López Rivera, de 71 años, fue detenido en 1981 y condenado a una pena de 55 años de cárcel por conspiración sediciosa, a los que se añadieron posteriormente otros quince años en 1987 por un intento de fuga.
La ley de EE.UU. aplica la conspiración sediciosa cuando dos personas o más en cualquier estado, territorio o jurisdicción de su país conspiran para derrocar o destruir por la fuerza el Gobierno.
Puerto Rico tiene el estatus de Estado Libre Asociado a EE.UU.
Suler recordó que en 1999 el entonces presidente de EE.UU., Bill Clinton, conmutó la pena de varios compañeros de López en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN).
A esa agrupación que operó con sede en Chicago en los años ochenta se le atribuye la organización de más de un centenar de ataques con explosivos en territorio estadounidense y la muerte de cuatro personas.
La oferta fue rechazada por López, quien nunca ha sido acusado de herir a nadie o de tener relación con los citados ataques de las FALN.
El prisionero supeditó su liberación a la de otros compañeros de la organización, entre ellos, Carlos Alberto Torres.
«Juntos llegaron al consenso de que los que eran elegibles para la salida inmediata iban a aceptar la oferta, pero Oscar no quiso», recordó Suler sobre la decisión de López al rechazar ser excarcelado, argumentando que se trataba de un gesto de solidaridad con su compañero.
Torres salió libre bajo palabra en 2010 y desde entonces vive con su familia en San Sebastián, en el oeste de Puerto Rico, donde se dedica a la cerámica, asiste a ferias de artesanía, exhibe sus obras y «vive una vida muy pacífica, muy contenta y milita por la excarcelación de Oscar», detalló Suler.
La abogada señaló que López «está feliz de la vida con cumplir su deber patriótico, pero claro, también quisiera estar con su familia», resaltó Suler, quien se aventuró a apunta que el hombre saldrá de la cárcel incluso antes de junio de 2023, que es la fecha que se baraja en la prisión donde se encuentra.
Suler está convencida de que Obama excarcele a López antes de que finalice su segundo mandato en 2016, gracias al respaldo que el puertorriqueño ha recibido a nivel internacional, incluyendo el de varios premios Nobel de la Paz y el del presidente de Uruguay, José Mujica.
López también cuenta con el apoyo del gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, de los presidentes de ambas Cámaras legislativas de la isla, de los congresistas puertorriqueños a nivel federal Nydia Velázquez, José Serrano y Luis Gutiérrez, y el del cantante René Pérez, del grupo Calle 13, entre otras personalidades.
El acto de este jueves fue el segundo que se celebra en menos de una semana en reclamo de la excarcelación del prisionero, después de que el domingo pasado se organizara «Al mar x Oscar».
Aquella actividad comenzó con la navegación de un grupo de personas en distintos tipos de embarcaciones por el área de la Bahía de San Juan y concluyó con un espectáculo musical en los predios del Castillo de San Felipe del Morro.
