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Pese a esfuerzos de su dueño, el perro de la enfermera con ébola fue sacrificado

Pese a esfuerzos de su dueño, el perro de la enfermera con ébola fue sacrificado

Miembros del laboratorio de Seguridad Biológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) llevaron a cabo el sacrificio de Excálibur, quien había motivado numerosos esfuerzos de animalistas que pedían al Estado perdonarle la vida.


Cientos de personas llegaron entre ayer y hoy a las afueras del departamento de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería española contagiada con ébola. Los manifestantes pedían al Estado que se le perdonara la vida a Excálibur, el perro de la mujer, al que las autoridades sanitarias ordenaron sacrificar, ya que podía acarrear el virus.

En los últimos días, Javier Limón Romero, el esposo de la infectada, lideró una cruzada a través de redes sociales y medios de comunicación para pedir que, en lugar de ser sacrificado, Excálibur fuera puesto en cuarentena, tal como se ha hecho con él. «Me parece injusto que por un error de ellos quieran solucionar esto por la vía rápida. Un perro no tiene por qué contagiar nada a una persona y al revés tampoco. Si tanto les preocupa este problema creo que se pueden buscar otro tipo de soluciones alternativas, como por ejemplo poner al perro en cuarentena y observación como se ha hecho conmigo», señaló en su momento.

Sin embargo, este miércoles, los miembros del laboratorio de Seguridad Biológica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) llevaron a cabo el sacrificio del animal que, según dijeron, «no sufrió».

«Se ha cumplido con la resolución que indicaba la eutanasia del perro», informó por su parte la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en un comunicado, asegurando que Excálibur fue previamente sedado.

«Desgraciadamente no ha quedado más remedio. La existencia de este perro mascota que ha estado en la vivienda en contacto con la paciente, de acuerdo con los hallazgos científicos disponibles, supone posible riesgo de transmisión de la enfermedad al hombre», aseguraron, recalcando que «no existe garantía de que los animales infectados no eliminen el virus a través de sus fluidos orgánicos».

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