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Advertencia de la OMS sobre efecto cancerígeno de la carne procesada genera reacción global

Advertencia de la OMS sobre efecto cancerígeno de la carne procesada genera reacción global

La directora de Salud Pública del organismo internacional, María Neira, salió al paso de las críticas y afirmó que «cuando hacemos una clasificación de este tipo, la dificultad siempre está en cómo comunicarlo y en cómo los individuos van a interpretar la información, pero no hay necesidad de alarmismo».


Que no es concluyente, que no se refiere especificamente a las carnes rojas y que no debiera ser un factor que influya en las ventas fueron algunas de las reacciones en todo el mundo, pero sobre todo en América Latina, a la advertencia que lanzó el lunes úlltimo la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los efectos cancerígenos del consumo de carnes procesadas.

La conclusión es el resultado de un estudio difundido por la la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), que depende de la OMS,y en el que participaron 22 expertos de 10 países.

«Los expertos concluyeron que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en 18%», dice un comunicado difundido por la IARC en su sede ubicada en la ciudad francesa de Lyon. Y sostiene que «para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida». Y auqnue apuntaron a productos como las salchichas y otros embutidos, advirtieron que consumir carne roja «probablemente» también acarrearía un riesgo.

Una de las primeras organizaciones en responder fue la la Cámara de Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina. Su presidente, Miguel Schiartiti, afirmó que el estudio «para nosotros, no tiene ninguna relevancia. Si el informe no fuera proveniente de un organismo tan importante como la OMS, pensaríamos que es un lobby de la carne blanca». Y remarcó que «lo que dicen es una tontera. No creemos que nos afecte para nada en las ventas».

En Uruguay, donde se registra una de las mayores cifras de consumo de carne per cápita del mundo, defendieron el modo «natural» de criar al ganado, a diferencia de cómo se lleva a cabo este proceso en Estados Unidos, donde se recogieron los detalles del informe.

El presidente de la Unión de Vendedores de Carne, Hebert Falero, afirmó que «lo que decimos como vendedores de carne es que todos los estudios que se han hecho de la carne, se han hecho en Estados Unidos o países del primer mundo, con carnes de ellos. No hay estudios con carnes de América Latina».

Asimismo, recalcó que la carne que se produce en EE.UU «casi toda» se cría en corral, bajo techo, en condiciones que no son naturales, mientras que la de Uruguay, dice, es criada a cielo abierto, totalmente natural, sin suministros de hormonas.

Por su parte, el director del Instituto Nacional del Cáncer de Uruguay, Álvaro Luongo, explicó que «los elementos que se agregan a la carne para su conservación, como el ahumado, el salado, los nitritos. Esos son los procesos que están ligados a la posibilidad de producir cáncer», enfatizando que «no hay que prohibir el asadito de todos los días», pero sí cuidar cómo se hace, y abogó por llevar una dieta sana y balanceada.

En Texas, EE.UU.,  donde se producen las barbacoas más famosas del mundo (que contienen chuletas de ternera y de cerdo, pecho de res o salchichas), el anuncio de la OMS fue recibido con indiferencia y rechazo. «Es un nuevo ejemplo de ciencia politizada, que no está fundada en la verdad», dijo el comisionado de Agricultura de Texas, Sid Miller, para quien «la carne roja ha sido durante mucho tiempo, y seguirá siendo, una parte importante de una dieta saludable y bien balanceada».

«Yo no me lo creo, y tampoco creo que lo haga la gente», dijo Hall al medio The Texas Tribune, al afirmar que «poner la carne roja al mismo nivel que el tabaco o el amianto, es absurdo».

En México, en tanto, el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) resaltó que la nueva clasificación de la OMS no valora los estudios que prueban que no existe correlación entre la enfermedad y el consumo. En un comunicado, indicó que tampoco hace alusión al «valor nutrimental y la relevancia de la proteína cárnica».

«La IARC ha establecido que incluso respirar aire, sentarse al lado de una ventana asoleada, beber café y vino, comer alimentos asados y hasta aplicarse sábila (Aloe vera) posee cierto riesgo para padecer cáncer similar al que poseen las carnes rojas y carnes frías», añadió.

Por último, destacó que en países como España, Francia e Italia, con una esperanza de vida de las más altas del mundo, son grandes consumidores de carnes frías.

Australia en tanto, otro de los grandes productores de carne a nivel mundial, no dudó en tildar el estudio como una «farsa». El ministro de Agricultura del país oceánico, Barnaby Joyce, dijo que la carne procesada «no debe ser comparada a los cigarrillos y evidentemente esto hace que sea una farsa», y remarcó que «si retiramos de la dieta diaria todo lo que la OMS dice que es cancerígeno, regresaríamos a la época de la caverna».

Frente a las críticas, la directora de Salud Pública de la OMS, María Neira, salió este martes a matizar el estudio, afirmando que el objetivo es moderar el consumo de carne y que «no hay razón para la corriente de alarmismo que se ha generado».

«Cuando hacemos una clasificación de este tipo, la dificultad siempre está en cómo comunicarlo y en cómo los individuos van a interpretar la información, pero no hay necesidad de alarmismo», dijo la doctora de nacionalidad española.

Al mismo tiempo, María Neira afirmó que «cuanto más sabemos de factores de riesgo, más podremos avanzar en la prevención del cáncer», y enfatizó que «en el fondo, se trata de la misma recomendación que los nutricionistas y expertos en cáncer ya hacían en relación a tener una dieta» equilibrada.

La idea, dijo, es «no consumir carne excesivamente» y que probablemente el secreto sería «volver a la dieta mediterránea que practicábamos en España».

Sobre la influencia que tiene o no la calidad de la carne procesada en aumentar el riesgo de cáncer, la experta aclaró que no se trata de esto, «sino de las sustancias que se les añade durante su procesamiento», como nitritos o en el proceso de salazón.

Tales substancias son utilizadas para preservar, añadir sabor o simplemente para eliminar organismos infecciosos, «pero cuanto más se añadan en ese proceso (industrial) más riesgo habría», recalcó.

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