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Aerolínea rusa descarta falla técnica y atribuye a «factor externo» accidente de Airbus-321 en Egipto

Aerolínea rusa descarta falla técnica y atribuye a «factor externo» accidente de Airbus-321 en Egipto

«No puede haber tal conjunción de fallos de sistemas que lleven a que el avión se desintegre en el aire», señaló uno de los directores de MetroJet, Alexander Smirnov, quien subrayó que, «incluso en caso de una despresurización súbita, los pilotos podrían ponerse las máscaras de oxígeno y los pasajeros también».


La aerolínea rusa MetroJet, propietaria del Airbus A-321 que se estrelló el sábado en Egipto causando la muerte a sus 224 ocupantes, atribuyó hoy el suceso a una «acción exterior», lo que siembra dudas sobre la posibilidad de un ataque terrorista en la convulsa península del Sinaí.

«La única causa que puede explicar (que el avión se desintegrara en pleno vuelo) es una acción mecánica exterior en la aeronave», dijo uno de los directivos de la compañía, Alexánder Smirnov, en conferencia de prensa, tras descartar factores mecánicos y humanos.

Tras el revuelo causado por estas declaraciones, el máximo responsable de la agencia de Aviación Civil rusa, Rosaviatsia, se apresuró a desdecir a la aerolínea y aseguró que «es completamente prematuro hablar acerca de las razones (de la tragedia), ya que no hay bases para ello».

«Quiero hacer un llamado a la comunidad aeronáutica para que se abstenga de sacar conclusiones prematuras», declaró el presidente de Rosaviatsia, Alexander Neradko, al canal de televisión Rossia-24.

Consultado por la prensa, el portavoz del Kremlin, Dimtri Peskov, afirmó que ninguna hipótesis está descartada en estos momentos, pero fue muy cauto al señalar que las investigaciones sobre la tragedia solo están empezando.

Ayer, el director del Comité de Aviación Interestatal (CAI) de Rusia, Víctor Sorochenko, detalló que, antes de estrellarse a los 23 minutos de haber despegado de Sharm el Sheij, el aparato se destruyó «en el aire y los fragmentos quedaron desperdigados por una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados».

Los responsables de MetroJet -antiguamente llamada Komalygavia o Kolavia, compañía especializada en vuelos chárter a lugares turísticos- insistieron hoy en la tesis de que, antes de caer sobre una zona desértica del norte del Sinaí, el aparato ya estaba fuera de control.

«No puede haber tal conjunción de fallos de sistemas que lleven a que el avión se desintegre en el aire», señaló Smirnov, quien subrayó que, «incluso en caso de una despresurización súbita, los pilotos podrían ponerse las máscaras de oxígeno y los pasajeros también».

Otro directivo destacó que el Airbus volaba descontrolado antes de estrellarse en el Sinaí y que, de acuerdo a la información del sistema de seguimiento Flight Radar, «el avión redujo la velocidad más de 300 kilómetros por hora en menos de un minuto y simultáneamente perdió 1,5 kilómetros de altitud».

El director de Rosaviatsia indicó, por su parte, que aun no ha comenzado el examen del contenido de las cajas negras del avión y que esto «solo ocurrirá cuando lleguen a Egipto todos los miembros del equipo de investigación».

Este está integrado, además de por expertos egipcios y rusos, por representantes de Francia y Alemania, parte del consorcio de Airbus, e Irlanda, donde el avión estaba registrado.

Los trabajos se llevarán a cabo en Egipto, pero en caso de dudas podrían trasladarse a Francia, añadió.

Mientras en San Petersburgo comenzaban esta mañana las labores de reconocimiento de los primeros cuerpos repatriados desde Egipto, el presidente ruso, Vladímir Putin, rompió su silencio sobre la catástrofe y exigió «hacer todo» por esclarecer las causas.

Putin recibió en su residencia campestre cercana a Moscú al ministro de Transporte de Rusia, Maxim Sokolov, quien le informó de la marcha de los trabajos en el lugar del accidente, tras regresar de Egipto.

«Sin duda, hay que hacer todo para tener un cuadro objetivo de lo ocurrido, para que sepamos qué pasó y reaccionemos a ello de manera adecuada», subrayó el jefe del Kremlin.

El presidente ruso, quien no ha viajado a San Petersburgo, lugar de destino del avión siniestrado, pidió «prestar la máxima atención a los familias de los fallecidos» y subrayó que «las cuestiones sociales deben ser resueltas cuanto antes».

«De conformidad con la ley vigente, a la familia de cada pasajero se le pagará una indemnización de 2 millones de rublos (unos 32.000 dólares)», dijo el ministro de Transporte en la reunión.

Rusia anunció hoy que la operación de rescate en el lugar de la tragedia concluirá esta noche, tras lo cual saldrá un segundo avión con cadáveres rumbo a la segunda ciudad del país.

La madrugada de este lunes, un avión del Ministerio de Situaciones de Emergencia con 144 cadáveres de las 224 víctimas llegó al aeropuerto Pulkovo de San Petersburgo, desde donde los cuerpos fueron trasladados a un crematorio de la ciudad en camiones especiales con escolta policial.

El viceministro ruso de Salud, Igor Kagramián, informó hoy de que en las labores de reconocimiento trabajan 40 expertos forenses.

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