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Psicóloga junguiana analiza a Trump: “Es como Hitler, y cuando miras el contexto global, te das cuenta que encarnó algo que está en nosotros” Advierte que el Presidente electo es “un espejo de la sociedad”

Psicóloga junguiana analiza a Trump: “Es como Hitler, y cuando miras el contexto global, te das cuenta que encarnó algo que está en nosotros”

La presidenta de la Sociedad Chilena de Psicología Analítica Junguiana explica que Donald Trump “se instaló sobre una identidad negativa, desde las sombras, pero asignando un valor positivo a su persona: dice lo que piensa, lo que otros piensan pero jamás dirían, es decir, no tiene ningún problema en decir lo políticamente incorrecto”. Además, agrega que, desde su irrupción, los psicólogos junguianos coinciden en que los pacientes han llegado con sueños muy intensos: “Esto movilizó a las personas, soñaron con él, con estructuras agresivas, de yo contra ti”.


María Paz Ábalos, directora de un magíster de la Universidad Mayor en psicología junguiana, trabaja desde una visión particular de la psicología humana, rescatando lo religioso como una función central del ser humano, al contrario de otras corrientes, que lo interpretan como algo neurótico. Desde ahí, advierte que “nadie quería pensar que este lado de lo humano podía ganar. En este minuto es la proyección total de lo malo en él, pero más bien él nos devuelve algo que es propio de la condición humana”.

“Es interesante lo que nos movilizó como colectivo humano”, explica la psicóloga, “él trae algo a la consciencia, lo podemos ver en un primer momento, esa sombra está proyectada sobre él mismo, como un búmeran, y la gracia es que, pudiendo ver eso, hiciéramos una reflexión que ampliara la consciencia humana, y que dijéramos que eso que está ahí, también soy yo”.

“Trump nos está dando una oportunidad. Si logramos mirar que esto es profundamente humano, que aparentemente estamos tan lejos de las dinámicas primitivas pero, al mismo tiempo, tan cerca de ellas, tenemos la oportunidad de hacer un salto hacia un nivel superior de consciencia: decir estoy a favor o en contra”, reflexiona.

La analista junguiana advierte que fueron “latinos formados” los que lo escogieron, descartando que fuera una masa de gente anormal, sino todo lo contrario, “fueron personas comunes y corrientes las que decidieron votar por él, como en su minuto pasó con Hitler, ahí hay un parangón interesante, especialmente si consideramos la obra de, por ejemplo, Hannah Arendt”.

En dicha obra, la filósofa judía escribe que el principal error, al juzgar a Eichmann (ideólogo de la “Solucion Final”) fue no tomar en cuenta que era una persona normal, dado que no constituía una excepción en el régimen nazi. Sin embargo, en su obra advierte que “en las circunstancias imperantes en el Tercer Reich, tan solo los seres excepcionales podían reaccionar normalmente”.

Esta idea –que la gente normal es propensa y susceptible de seguir a líderes violentos– también se aplica, según la analista, al fenómeno Trump. “Él instala algo que está en el corazón de todos nosotros, que es la dificultad en la incorporación del otro cuando el otro nos trae elementos de lo humano que no nos gusta ver… Es como si abrieras la caja de Pandora y dijéramos, por fin,  es posible discriminar, es posible odiar, es posible violentar”, advierte.

Según Ábalos, Trump no proviene desde una ética superior, sino desde las sombras, lo que según el lenguaje junguiano significa todos los aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo, ya sean positivos o negativos, que el ego ha reprimido o nunca ha admitido. “Él es profundamente sociopático, consciente de que, para lograr sus objetivos, necesita crear a un enemigo”, dice.

Por último, señala que en Trump “el cuerpo fue un símbolo. Nunca se quedó quieto. Mantenía la atención, sin hacer esfuerzo por esconder su ira: se muestra matón, él tiene el poder, es intimidante”.

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