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El terror vuelve a Manchester, cuna de músicos y del marxismo Ciudad es la segunda mayor zona urbana del país

El terror vuelve a Manchester, cuna de músicos y del marxismo

Para los británicos, Manchester es la cuna de la Revolución Industrial y del marxismo, aunque hoy en día es más conocida por la cultura pop, sus dos grandes clubes de fútbol –el United y el City– y las bandas de rock The Smiths y Oasis. Al mismo tiempo, la ciudad y sus alrededores constituyen la segunda aglomeración urbana de un país donde la amenaza del terrorismo es «grave», según los servicios de inteligencia.


Los jóvenes fanáticos del pop atrapados en el atentado suicida de Manchester ni siquiera habían nacido la última vez que la ciudad fue golpeada por un ataque terrorista.

En 1996, el Ejército Republicano Irlandés apuntó a la economía, más que a víctimas inocentes, al detonar un coche bomba con el cual causó perjuicios por 500 millones de libras (US$650 millones) a negocios. No mató a nadie porque los perpetradores emitieron una advertencia. Con la muerte de 22 espectadores de un recital, entre ellos niños, la ciudad del norte de Inglaterra ha sido ahora horrendamente sometida a un tipo de terrorismo mucho más arbitrario.

Para los británicos, Manchester es la cuna de la Revolución Industrial y del marxismo, aunque hoy en día es más conocida por la cultura pop, sus dos grandes clubes de fútbol –el United y el City– y las bandas de rock The Smiths y Oasis. Al mismo tiempo, la ciudad y sus alrededores constituyen la segunda mayor zona urbana de un país donde la amenaza del terrorismo es «grave», según los servicios de inteligencia. El Estado islámico se atribuyó el atentado suicida del lunes por la noche.

[cita tipo=»destaque»]Manchester creció rápidamente como ciudad en el siglo XIX como consecuencia de la industria textil, principalmente la fabricación y comercio de algodón. Fue la usina económica de la Inglaterra victoriana, que dominaba el mundo, y la ciudad tuvo los primeros canales modernos y el primer ferrocarril interurbano. A mediados del siglo, Friedrich Engels, hijo rebelde de un dueño de fábrica, trabajó en el Manifiesto Comunista con su amigo Karl Marx en una biblioteca local.[/cita]

Al menos media docena de policías armados seguían patrullando la estación de Piccadilly el martes por la mañana. Un oficial explicó que habían sido reclutados desde un área a 160 kilómetros (100 millas) de distancia y equipados con fusiles livianos. El centro comercial Arndale, que fue el epicentro de la bomba del IRA, fue evacuado durante dos horas el martes tras una alerta sobre un posible atentado.

«No nos van a derrotar», dijo el alcalde de Manchester, Andy Burnham, a la prensa.

Cuna de Marx

Manchester creció rápidamente como ciudad en el siglo XIX como consecuencia de la industria textil, principalmente la fabricación y comercio de algodón. Fue la usina económica de la Inglaterra victoriana, que dominaba el mundo, y la ciudad tuvo los primeros canales modernos y el primer ferrocarril interurbano. A mediados del siglo, Friedrich Engels, hijo rebelde de un dueño de fábrica, trabajó en el Manifiesto Comunista con su amigo Karl Marx en una biblioteca local.

Como tantas otras ciudades del norte, las fortunas de Manchester se desvanecieron después de la Segunda Guerra Mundial con la declinación de la industria. El Manchester Arena, junto con el reconstruido Centro Arndale, son símbolos de la transformación de Manchester en una ciudad moderna y vibrante tras aquellos años de decadencia urbana y estancamiento económico.

La Arena se inauguró en 1995 como parte de un intento fallido de albergar los Juegos Olímpicos de 2000. Un año más tarde, la bomba de 1,5 toneladas del IRA frente al complejo de Arndale devastó parte del centro de Manchester. Sigue siendo la mayor explosión en el Reino Unido desde la guerra. Una advertencia previa permitió la evacuación de decenas de miles de personas, de modo que, pese a que hubo más de 200 heridos, no se perdieron vidas.

El proyecto de reconstrucción cambió la cara de Manchester, y los sombríos edificios de los años 60 dieron paso a nuevos edificios audaces, amplios bulevares, parques y zonas peatonales.

Los habitantes de Manchester consultados el martes rápidamente establecieron paralelos entre las explosiones ocurridas con 21 años de diferencia, aunque la mayoría dijo que el ataque a un concierto pop al que asistían miles de jóvenes sería más difícil de digerir para la ciudad.

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