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Espía rusa habría trabajado durante años en embajada de EE.UU. en Moscú MUNDO

Espía rusa habría trabajado durante años en embajada de EE.UU. en Moscú

La mujer habría trabajado durante más de una década sin ser reconocida en la Embajada de los Estados Unidos en Moscú y sólo fue descubierta recientemente. Tuvo acceso a información de inteligencia y correos electrónicos durante más de diez años y también los transmitió al servicio de inteligencia interno ruso FSB, afirma «The Guardian».


Una espía rusa trabajó durante años sin ser descubierta en la embajada estadounidense en Moscú, según informó este viernes el diario «The Guardian». La mujer fue descubierta hace poco por el servicio de contrainteligencia estadounidense, según señaló el periódico.

Como la mujer fue contratada por los servicios secretos, tuvo acceso a información de inteligencia y correos electrónicos durante más de diez años y también los transmitió al servicio de inteligencia interno ruso FSB, afirma «The Guardian».

Para evitar el escándalo, la espía fue despedida «discretamente» en el verano boreal del año pasado, añadió el periódico. Su despido se produjo poco antes de la retirada de 750 diplomáticos estadounidenses de Moscú en julio de 2017.

«El daño ya estaba hecho, pero la cúpula de los servicios secretos no llevó a cabo una investigación interna para evaluar el daño y comprobar si había reclutado a otros empleados para que le suministrasen información», dijo una fuente de los servicios de inteligencia al medio inglés.

Según del periódico británico, los servicios secretos intentaron relativizar la importancia de la trabajadora pero no negaron que fuese identificada como un potencial topo.

En un comunicado, los servicios secretos reconocieron que todos los trabajadores extranjeros de las embajadas pueden estar potencialmente expuestos a la influencia de los servicios de inteligencia extranjeros, «con especial énfasis en Rusia», según «The Guardian».

Según ese comunicado, las tareas de esos trabajadores «se limitan a la traducción, la interpretación, asesoramiento cultural, intermediación y apoyo administrativo». Esos empleados no tuvieron nunca puestos en los que pudiesen obtener información de seguridad nacional, añade.

La supuesta espía no contestó a las preguntas del «Guardian» y tampoco el Departamento de Estado norteamericano quiso manifestarse sobre este caso en concreto al ser preguntado por el diario.

En un comunicado enviado posteriormente al canal CNN, el Departamento de Estado reconoció que existe el riesgo de que Gobiernos extranjeros intenten reclutar a sus trabajadores fuera del país.

«Asumimos que todos (los trabajadores) hablan con el (servicio de inteligencia ruso) FSB, pero ella (la espía) les dio más información de la que debía», dijo a la CNN una fuente del Gobierno que pidió permanecer en el anonimato.

Según esa fuente, para descubrir a la espía se le proporcionó una información específica y se observó que la entregaba a los servicios secretos rusos. «No tuvo acceso a información altamente confidencial», afirmó.

No se trata del primer caso de ese tipo. A mediados de julio fue detenida en Washington una rusa por intentar infiltrarse en organizaciones políticas en Estados Unidos. La Justicia la acusa de haber trabajado en Estados Unidos a las órdenes de un representante político ruso entre 2015 y principios de 2017. La joven de 29 años viajó con una visa de estudiante y actualmente se encuentra en prisión provisional.

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